¿CONCILIACION?

¿CONCILIACION?

Qué lejos se está de llegar a ese mecanismo alternativo de solución de conflictos como tampoco se ve la voluntad y la intención de conciliar con los colombianos que no están de acuerdo con el jefe del estado. El Min-Interior se esfuerza en bajarle el tono pero el temor y discurso presidencial va en contravía. 

Por: Leopoldo Portilla Mesa. 

Estigmatización, subestimación, descalificación, mendacidad, es a lo que el ejecutivo recurre para cubrir el fracaso de su gestión gubernamental por lo que el hastío de la mayoría de colombianos se expresó de manera multitudinaria el pasado domingo 21 de abril con una marcha silenciosa y ordenada en las calles de ciudades y poblaciones del país. Su temor es manifiesto. Indilga a la oposición no solamente tumbarlo, sino matarlo, según los textos de sus últimos mensajes puestos en su red social preferida. Afirmación nada más lejos de la realidad. Siempre su discurso revanchista impide lo que viene pregonando desde el inicio de su administración de un acuerdo nacional -imposible de realizarlo- a causa de su marcado resentimiento que lo saca de la normalidad y no habrá centro de atención de salud primario, ni especializado que le atienda esa enfermedad a raíz del colapso que el mismo ha propiciado al sistema. Enfermedad que le ha convertido en perjurio, pues el contenido de su discurso de posesión decía otra cosa.  Ahora su propósito es el de convocar a sus áulicos a una caminata que supere a la de la oposición -difícil- el 1º de mayo, aprovechando la celebración del día del trabajo. Caminata que contará con la consabida tarima en la plaza de Bolívar que servirá para la narrativa del mandatario seguramente cargada de odio y venganza, con un prólogo musical ¿con la financiación de quién? Un consejo de ministros autocrítico se realizará el próximo fin de semana en la ciudad turística de Duitama del departamento de Boyacá, en el que se supone, según el ministro del Interior, se hará un análisis –ojalá positivo- del mensaje dejado por la mayoría de ciudadanos el domingo anterior con la gran -protesta callejera- que ratificó una vez más, el no estar de acuerdo con las políticas equivocadas que se pretenden imponer por la fuerza.  

Todo va cambiando abruptamente debido a la falta de experiencia y de improvisaciones del grupo de trabajo, incoherente, soberbio y amenazante, culpable también de la crisis que se está atravesando. El rumbo ya se percibe, no hay sorpresa, Colombia no puede bajar la guardia -está advertida- no puede permitir más engaño, ni división. El Estado no ha iniciado con esa política, ni  tampoco se acabará por ella. Volverá a la DEMOCRACIA. Por todo esto y hasta el momento la anhelada conciliación se hace inalcanzable.    

Leave your Comments