Por: Néstor A. Giraldo Mejía

Encierro cuatreño muy parejo de Jandilla con nobleza y movilidad en la vigésima cuarta corrida del abono venteño ante plaza llena.

Faena que no terminó de gustar a los aficionados que llenaron nuevamente el coso madrileño. El ejemplar con complicaciones al soltar la cara en cada muletazo y el diestro Sebastián Castella de Beziers tratando de ligar series que no aprobaron los asistentes. Se tiró a matar siendo alcanzado sin consecuencias por la parte baja del chaleco. Silencio tras aviso. Cuatro estatuarios combinados con desdén y trincherazos en el inicio de faena al cuarto. Las series intensas, templadas y ligadas dándole sitio y distancia al buen ejemplar. Los muletazos al natural con profundidad. Perdió la oreja con la espada que no penetró en su totalidad y dos descabellos. Vuelta tras aviso.

La claridad del pitón izquierdo del toro, permitió a José Mari Manzanares conseguir series de muy buena factura. Lo intentó por el derecho sin que la faena tomará vuelo. Pinchazo y estocada en lo alto. Silencio. Lamentablemente el quinto se des coordinó en uno de los burladeros, saliendo el bis del mismo hierro. La voluntad tropezó con las dificultades del ejemplar en tardanza, agarrándose al piso sin tener posibilidades para el triunfo. Abrevió metiendo la espada que tardó en hacer efecto. Silencio

Buenas verónicas de Borja Jiménez al tercero. Doblones torerísimos del de Espartinas a un toro con nobleza y repitiendo con clase las embestidas. Las series con la mano izquierda de mucho temple. Muletazos encajados, con empaque y torería. Faena de mucho sabor torero. Estocada desprendida. Oreja con petición de la segunda. El cierra plaza embistió con codicia en el capote del sevillano que templó en verónicas. Cinco derechazos de rodillas en redondo. El ejemplar humilla, se desplaza repitiendo y el torero que le coge el aire. Por el izquierdo se queda corto soltando la cara. Estocada baja. Silencio.