Se creía en algunos sectores del país político que el capítulo de Piedad Córdoba estaba cerrado pero no.  Llegó de manera irregular sin cumplir con el registro migratorio para entrar a Colombia por la frontera terrestre con Venezuela y de inmediato se ha adherido a la Colombia Humana partido que está reciclando a todo político desubicado.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

La permanencia de Piedad Córdoba en la vecina Venezuela ha terminado y la estrecha amistad con Nicolás Maduro -el presidente-  ¿También? Será su protector en la sombra. País convertido en santuario de personas que han infringido la ley -guerrilleros, narcotraficantes, bandas criminales- y alguno que otro delincuente de cuello blanco. Casi que de inmediato y posterior a su arribo, la controversial política anunció la adhesión de su partido -Poder Ciudadano- al Pacto Histórico que encabeza Gustavo Petro, en reunión celebrada en el Salón Rojo del Hotel Tequendama de Bogotá el pasado 23 de septiembre. La idea y propósito son claros, negociar su inclusión como cabeza de lista al Senado de la República, puesto al que también aspiran los expulsados del partido de la U, Roy Barreras y Armando Benedetti -entre otros- personas de nula aceptación en el seno de la sociedad política que no entiende como han pasado de un lado a otro sin inmutarse. Piedad Córdoba está siendo investigada por Migración Colombia por haber entrado al país de manera irregular y no haber diligenciado el registro migratorio. Su presencia polariza aún más a Colombia.

Al partido de la Colombia Humana -al que recién le han restablecido la personería jurídica- buscan oportunidad bajo esa bandera los partidos de izquierda-alternativos para seguir ocupando las curules de Cámara y Senado y/o aumentarlas, lograr el mayor número de gobernaciones y alcaldías en las elecciones 2022. Todas estas personas agrupadas en los partidos alternativos que tienen el mismo discurso irresponsable con esencia de engaño, prometen a los colombianos cambios estructurales producto de las prohibiciones y transiciones irracionales. Cambios en todos los sectores que requiere la nación y que no se logran solamente con la exportación de aguacates. Ese es un tema populista con el que desean llegar al poder. Si quienes aspiran llegar a la Casa de Nariño para el periodo 2022-2026, que son demasiados, -por medio de las consultas interpartidistas y de las urnas serán decantados- y los escogidos serán lo llamados a desvirtuar con propuestas creíbles y realizables, esa hipotética política de igualdad que pregonan y violentan todos los derechos de los ciudadanos de bien. En las urnas los colombianos defenderán la democracia ideal, esa sí del pueblo y para el pueblo, que materialice los cambios, por lo que es necesario entre gobernante y ciudadanos establecer un diálogo para alcanzar objetivos comunes y les permita vivir en armonía. Es la única opción. No con paros nacionales como a los que siguen aferrados los dirigentes sindicales-pseudo-comunistas- que con esas convocatorias lo que obtienen es propiciar el terrorismo urbano, vandalismo y destrucción, acciones patrocinadas por políticos y por los desertores del frágil proceso de paz.

El director de Colombia Humana ha manifestado en declaraciones al diario El País -destacamos la más importante- que si pierde las elecciones, dará por terminado su proyecto político porque no se puede convertir en un eterno candidato. 

 

–

—

 ———-