Toros de Guachicono muy serios, ofensivos por delante y con nobleza siendo los menos potables el cuarto y el sexto. Tarde lluviosa que retraso el inicio del festejo

Antonio Ferrera no tuvo acople en el saludo de capa pero con la muleta entendió perfectamente las condiciones del ejemplar que fue noble. Por el izquierdo trompicó a veces el engaño incomodando la labor del torero. Mas potable el derecho por donde se gustó en muletazos templados y largos, citando posteriormente para adornarse. Las virtudes del toro fueron la fijeza, la nobleza y el buen comportamiento embistiendo por el pitón derecho. Pinchazo y estocada. El cuarto de la tarde presentó muchas complicaciones al torero extremeño que lo intentó pero de manera infructuosa. Con muchas precauciones se quitó el animal de encima con dos pinchazos y estocada delantera y contraria. Silencio.

Emilio de Justo con el primero de su lote se recreó toreando por el pitón izquierdo que descubrió rápidamente era por el que mejor se empleaba el buen toro de Luis Fernando Castro. Por el derecho también lo intentó con menos cantidad de muletazos en cada serie. Entendió muy bien las condiciones del astado que también tuvo nobleza. En el quinto el diestro de Cáceres saludó de capa con soberbias verónicas rematadas con fina media a un toro que metió la cara con estupenda clase. La verdad, la colocación, la sutileza en su torear estuvieron presentes en la faena cadenciosa, rítmica, estética sobre ambos pitones a un gran toro de nombre “Comediante” marcado con el número 736 de “Guachicono” con el que hubo armonía y conjunción. En algún momento había dicho De Justo que quería redondear una tarde en Cañaveralejo y hoy la redondeó. El pinchazo antecedió a la estocada corta para que aparecieran los dos pañuelos blancos y el azul en el antepecho de la presidencia para ordenar los apéndices y el premio de vuelta al ruedo al toro.

Sebastián Ritter demostrando su buen momento a pesar de no tener las corridas que tienen sus alternantes, dejó ver grandes dotes de torero. Inició a media altura con muletazos por el pitón izquierdo toreando con tranquilidad, muy entregado en medio de los pitones. Faena que llegó a los tendidos por su buen hacer frente al noble ejemplar. La estocada lagartijera fue letal para cortar un apéndice. El valor no faltó en la actuación de Ritter en el sexto que ofreció complicaciones sin humillar; la faena de pases aislados por la carencia de repetición en las embestidas del ejemplar, dejó claro la voluntad, la actitud y la entrega del torero antioqueño. Pinchazo y estocada para recibir merecidas palmas.