Después de haberse lidiado la novillada de “Achury Viejo” en el inicio de la feria de Manizales que dejó buenas sensaciones por el sobresaliente comportamiento de cinco de los seis novillos y solo una oreja cortada por parte de Andrés Manrique, se dio este martes la primera corrida de toros con ejemplares de “Dosgutierrez”, mansos, descastados, complicados y con pocas posibilidades para el triunfo que presenciaron cerca de 7.000 espectadores en tarde soleada.

Sin lucimiento Manuel Escribano cubrió el segundo tercio a un toro con complicaciones y con genio que tampoco dio facilidades en la muleta con la cara alta y buscando los adentros. Faena deshilvanada por las condiciones del astado. Estocada defectuosa. Silencio tras aviso. En el cuarto con una condición diferente a su primero logró cubrir el segundo tercio con efectividad y solvencia. El toro sin fondo no le permitió al torero andaluz lucir como hubiese querido. Estocada desprendida. Silencio.

Rubén Pinar construyó una firme e importante faena de temple, ligada y coreada por los aficionados con un toro que tuvo condiciones boyantes en las embestidas y que lamentablemente emborronó con la espada pinchando en tres oportunidades y colocando luego el estoque en buen sitio para pasaportarlo. El quinto tampoco dejó ver su casta deambulando sin fijeza por el albero. Complicado, manseando el ejemplar. Faena estructurada con base en recursos técnicos, de porfía y de voluntad ante un bovino sin clase. Gran volapié del torero de Albacete y una oreja como premio a la actitud, voluntad y pundonor.

El tercero de la tarde que correspondió al colombiano Sebastián Hernández, dejó ver mansedumbre, sin fijeza, cara alta y sin emplearse. Sebastián estuvo muy dispuesto, con actitud, tratando de fijarlo y someterlo pero de manera infructuosa. Pinchó antes de una estocada que cobró efectividad. Palmas. El sexto también ofreció complicaciones por la mansedumbre que exhibió, embistiendo por arreones. Con la muleta tuvo más potabilidad el pitón derecho por donde estuvo correcto el diestro de Sogamoso, mostrando voluntad y deseos de agradar.  A pesar de su poco bagaje, después de la estocada se pidió con fuerza la oreja que fue concedida.