Si la mitomanía no ha dado el resultado esperado, el acudir ahora a la victimización parecer ser la otra opción por la que apuesta un candidato a la Presidencia de Colombia. Se encuentra encerrado en su pensamiento derrotista, en su condena interna permanente. Siente que el globo de la empatía se está desinflando.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

El todo-vale que continúa haciendo carrera en éste maltratado país, permite que el candidato del Pacto recurra a todas las vías que lo conduzcan a la Presidencia de Colombia contando con una mayoría según algunas casas encuestadoras y de algunos medios importantes de comunicación proclives a su política, que manipulan desde hace años a la opinión nacional y ahora supuestamente con la colaboración de quien maneja actualmente la Registraduría Nacional, maximizan todas sus actuaciones. La mitomanía, la victimización que hace su aparición en este escenario del todo-vale, generan dudas en su salud mental.  Su complejo derrotista lo empuja por esta vía a tratar de conseguir el favor popular en las urnas, aupado por los cuestionados políticos que giran a su alrededor con cuentas pendientes con la justicia que rayan en la delincuencia. La opción de triunfo se debilita y no la podrá disfrutar.  ¿Será que optó por el juego de la víctima? ¿Es una estrategia política para lograr su objetivo? Las amenazas las pone por delante para complicar más la situación y utilizarlas como método para despertar con ellas un sentimiento de cuidado, de pesar, de consideración y soterradamente de omnipotencia que le hace declarar “Yo te voy a Cuidar y Salvar Colombia”. Los ministros del Interior, de Defensa, el Director de la Policía Nacional y demás entes de seguridad han declarado que no poseen ninguna información al respecto. Esta situación non-santa, tiene un trasfondo que pone en peligro su deseo no manifiesto de su política dictatorial lo que pondría a la nación de rodillas. Eso es lo que busca. A ese Pacto no le importan las formas de cómo ganar, sino llegar al poder de cualquier manera. Si esta persona gana, el abandono de muchos colombianos del país y empresas internacionales pasaría de millones porque ya conocen el desastre de esa política. No reinaría el amor, ni las leyes.