Corrida concurso de ganaderías de toros serios y de toreros insaciables en pos del triunfo hicieron su presentación en la localidad de San Lorenzo de la Parrilla (Cuenca) en la tarde de este domingo 14 de agosto. Sánchez Vara y Jesús Chover salieron a hombros por la Puerta Grande. A Miguel Tendero no le alcanzó para acompañarlos. Cortó una oreja.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

En esta pequeña localidad de la provincia de Cuenca se realizó una corrida que sobre el papel parecía no decir mucho para -los parrilleros- que sin alcanzar a copar el aforo de la plaza de toros “Curro Fuentes” leyenda viva de la tauromaquia local por lo que significó su presencia en los ruedos por la década de los años sesenta y algo de los setenta. Época gloriosa del toreo por la calidad de figuras que competían por la supremacía.

La corrida de toros programada resulto siendo un verdadero espectáculo especialmente para aquellos aficionados -toristas- porque al ruedo saltaron seis de diferentes ganaderías, serios, con volumen, ofensivos, a los que había que porfiar como lo hizo el diestro Sánchez Vara con el abre-plaza perteneciente a la ganadería de Samuel Flores de sangre Ibarreña que acudió a la cabalgadura en tres oportunidades. De tranco largo, noble, pero no se entregó. Disposición y solvencia del espada, que lo despachó de una estocada desprendida. Una oreja. El que lidió en cuarto lugar un salpicado, coletero, muy justo de fuerza, de la ganadería de Javier Gallego lo entendió y sin apurarlo en el segundo tercio que le salió lucido,  con la esperanza que el final fuera de interés, sucedió lo contrario. Dos pinchazos y una estocada culminaron con la vida del ejemplar. Una oreja.

El albaceteño Miguel Tendero le correspondió en su primer intervención un toro de Los Chospes, con cuajo, fijo, fue de buena forma al encuentro con la cabalgadura. En la muleta no fue nada fácil. Varias series por el derecho aplaudidas fueron el contenido de la labor, culminada con tres cuartos del acero en la parte de arriba. Una oreja. El quinto, segundo de su lote, un castaño, de manos cortas y muy buena presencia, toro armónico, proveniente de la dehesa de D. Ignacio Frías y de buen son, correspondió agradablemente a la capa del coletudo. En la muleta se lo pensó para llegar a los vuelos, sin embargo las tandas por ambos pitones fueron templadas. Dos intentos con la tizona fueron suficientes para culminar la faena.

Jesús Chover un joven torero que después de tres años de haberse doctorado en la plaza de toros de su natal Valencia volvió a enfundarse el traje de luces, tuvo la fortuna de sortear el mejor de la tarde, ejemplar ganador del trofeo y premiado con la vuelta al ruedo que lució la divisa de <Las Ramblas>. Decoroso estuvo en el largo saludo con el capote, emocionante con las banderillas e inteligente con la muleta. Aprovechó la bondad, recorrido del ejemplar y construyó una faena ligada y de buen contenido. Tendrá que practicar más la asignatura de la suerte suprema. Una oreja. Saltó a la arena un castaño oscuro, albardado de la ganadería de Manuela Patón con mucha plaza, escaso de casta y raza que no permitió el lucimiento del diestro. Detalles del buen concepto que tiene del toreo se pudieron apreciar en el colofón de la corrida. Una oreja.