Por: Néstor A. Giraldo Mejia

La verborrea barata, vociferando con angustia y desespero, descalificando la actividad taurina de Juan Carlos Losada frente al tono mesurado y lento (así mismo se torea), coherente, culto, con argumentos del HONORABLE REPRESENTANTE A LA CAMARA Dr. CRISTIAN GARCES, dio sus frutos al final de la larga jornada de debate en la plenaria de La Cámara de Representantes donde se hundió el proyecto prohibicionista de Losada que dejaba a miles de colombianos sin sustento para sus familias en épocas de ferias y temporadas taurinas y además matando la ilusión de tanto novillero que quiere llegar a ser alguien en el toreo. Triunfaron la libertad, la libre expresión, el derecho al trabajo y más.

Fueron definitivas las intervenciones del maestro César Rincón y el novillero Johan Simancas Paloma quienes de manera respetuosa pero vehemente señalaron posturas racionales sobre lo que significa el toro de lidia y en general la fiesta de los toros.

Nos haríamos extensos e interminables en reconocer a todos y cada uno de quienes aportaron su granito de arena para el éxito con final feliz de la extensa jornada haciendo una valoración especial de dedicación y disciplina en lo conquistado por el maestro Gitanillo de América a quien se veía diariamente en los pasillos del Congreso buscando apoyo para enfrentar el nefasto proyecto prohibicionista.

La cuadrilla del Dr. CRISTIAN GARCÉS con intervenciones cortas pero sustanciosas y muy bien argumentadas  por parte de LOS HONORABLES REPRESENTANTES A LA CAMARA, ANA ROGELIA MONSALVE, JUANA CAROLINA LONDOÑO Y MIGUEL POLO POLO, fueron francamente contundentes, irrebatibles y aplastantes frente a las falacias, mentiras, argumentos ignorantes y descalificaciones arteras de Losada

Entramos ahora no solo en esa etapa de unión como ya viene establecida sino también en el punto reflexivo sobre las modificaciones que se le puedan aplicar a la corrida toros.

Entre tanto solacémonos con este triunfo de los taurinos apoyados por REPRESENTANTES A LA CAMARA con verdadera convicción y vocación de servicio sin atropellar, sin zaherir y sin incordiar en un país en  el que todos cabemos.