La terna integrada por Sánchez Vara (dos orejas en el 4º), Serafín Marín (dos en el 5º) y Luis Gerpe (1 y 2) salió en hombros y por la puerta grande de la casi octogenaria plaza de Jadraque  al despachar una corrida de toros bien presentada y a punto de cumplir los cinco años de la ganadería de los Herederos de Juan José Cano.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

A un poco más de un centenar de kilómetros se encuentra esta localidad de Jadraque de la capital española escenario en la tarde de este domingo 9 de abril de la corrida de toros en la que hacían el paseíllo los diestros de mucho fuelle Sánchez Vara, Serafín Marín y el de menos rodaje Luis Gerpe. Se lidiaron ante una buena concurrencia ejemplares pertenecientes a la ganadería de los Herederos de Juan José Cano -encaste Núñez- de buena presencia, con romana y muy cercana a cumplir los cinco años. El mejor del encierro el corrido en tercer lugar; correspondió al torero Luis Gerpe que mostró su buen gusto y buenas maneras para torear, aderezando las faenas con suficiencia y talento. Naturales con profundidad en la mayor parte de su labor y ayudados de exposición en el colofón que tenían conectada a la asistencia, presagiaba la obtención del premio mayor pero la espada, ni el cornúpeta colaboraron. Una oreja. En el cierra-plaza, toro con mucho volumen, -poca nobleza y poco fondo como algunos de los otros que completaron el encierro- Luis Gerpe, estuvo firme y mandón intentando limar la aspereza del astado. Con la cara arriba lo finiquitó de un pinchazo que antecedió a la estocada. Dos orejas.

Hablar de Sánchez Vara y Serafín Marín dos espadas de mucho bagaje y de una honradez profesional conocida ampliamente por los aficionados, solventan la papeleta con oficio y conocimiento, condiciones que en ocasiones hacen ver mejor el comportamiento de los ejemplares. Primero y segundo de la lidia ordinaria toros con buen tipo pero complicados que no regalaron nada.

Sánchez Vara se desquitó en el 2º de su turno, total gobernabilidad, al que le prodigó tandas muy ceñidas por el pitón derecho. Lo intentó por el otro costado sin respuesta positiva. La espada entera quedó trasera, lo que no impidió la nutrida petición, que el palco aceptó y le concedió dos apéndices. 

Serafín Marín un experimentado matador catalán que durante mucho tiempo luchó casi en solitario por el regreso de las corridas de toros a su región, muy dispuesto y encajado estuvo en el flojito 5º. Lo ayudó hasta que la escasa casta desapareció. Dos orejas.