Ausente del gran Isidro el linarense Curro Díaz parece haber invocado en esta fecha emblemática de la tauromaquia al Cristo de los Toreros en la lidia de su segundo perteneciente a la ganadería del El Tajo. El confirmante Borja Jiménez cosechó leves palmas en el 5º y José Garrido su verdad torera no le alcanzó.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Sin ser un cartel de relumbrón de aquellos que merece y exige la afición madrileña la corrida de este domingo de Resurrección no despejó las expectativas. El cabeza de cartel Curro Díaz quien ofició de padrino de la ceremonia de confirmación de la alternativa del sevillano Borja Jiménez se encomendó al Cristo de los Toreros para que su comparecencia en la primera plaza del mundo y en fecha tan emblemática se le diera el triunfo. Mucho recorrido, oficio y pellizco, saltaron a la vista en la lidia de los de su lote. La espada no estaba alineada para que causara el cometido, por lo tanto todo quedó en sendas y cerradas ovaciones. Poco reconocimiento tuvo por parte de la concurrencia las voluntariosas y dignas presentaciones de Borja Jiménez y José Garrido

Resumen.

Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Tradicional festejo del Domingo de Resurrección. Corrida de toros. Asistencia aproximada 8000 espectadores.

Toros de Las Ramblas (segundo, quinto y sexto), El Tajo (primero y cuarto) y Martín Arranz (tercero). De gran clase y con más entrega de la que podía el buen primero; dócil y con intención de tomar el engaño el noble segundo; grande e incierto en sus movimientos el deslucido tercero bis; con clase, entregado y con repetición el cuarto, de extraordinario pitón izquierdo, ovacionado en el arrastre;   noble el inválido quinto; insulso y descompuesto el sexto.

Curro Díaz (Verde Botella y Oro): Gran Ovación y Gran Ovación

Borja Jiménez (Blanco y Plata): Ovación y Palmas

José Garrido (Blanco y Oro): Silencio tras aviso y Silencio