La confianza en sí mismo de las cosas mundanas es una de las formas excluyentes en que el hombre cae y se mantiene en eso que la sociedad considera de los impíos el vicio maestro. En ese estadio parece estar la primera autoridad colombiana y su nutrido séquito.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Terquedad y componendas están a la orden del día en la agenda del actual gobierno que desea a cualquier precio que las reformas presentadas -por ahora- al Congreso Nacional -salud, laboral y pensional- las de mayor urgencia, las aprueben sin aceptar corrección alguna. ¿Será que quienes son sus autores profesan la doctrina de la infalibilidad? Da la impresión de una posible independencia de los partidos -Liberal, Conservador y de  LA U- que se montaron en el tren de la victoria y ya no quieren aceptar imposiciones de votar a favor -sí o sí- todo lo propuesto que venga de la Casa de Nariño. Experiencia y temor tienen las ministras de que sus proyectos se hundan, ante la negativa de aceptar las modificaciones sugeridas, puesto que en el mes anterior se hundió el proyecto de la reforma política en la Comisión Primera del Senado. Un nuevo zorro de la política que funge como Ministro del Interior ha fallado porque su encadenamiento de declaraciones en defensa del gobierno no ha tenido credibilidad. La verdad es que la mayoría de colombianos creen que la reforma de la salud presentada en nada les favorece. Se pierde calidad y sería un retroceso, que para recuperarla se necesitaría de mucho tiempo. La idea generalizada es de construir sobre lo construido. Mejorar lo que se tenga que mejorar. No acabar, no destruir. Los miembros del Congreso saben y deben estar conscientes que su imagen está muy desdibujada porque son los primeros pescadores favorecidos de la subienda de mermelada que corre por todos los rincones del Capitolio. Lealtad y Solidaridad es su obligación para con quienes los eligieron. El predicamento de ponerle fin -como al rosario de la aurora- a todo cuanto les indica su obsoleto adoctrinamiento llevará al país a la ruina total. A la violencia total que ya se está viviendo, a la impunidad total. La mayoría de ciudadanos que no votaron en las urnas el 19 de junio 2022 por el actual inquilino de la Casa Presidencial le sugiere que gobierne y deje su obsesión y aspiración de liderazgo continental. Menos viajes, menos cumbres, pero mayor dedicación a los innumerables problemas de la nación. No crear cortinas de humo para ocultar la ineficiencia de su gobierno.