Para olvidar el año que acaba de finalizar. El 2020 fue portador de un enemigo sin rostro de origen chino que tiene arrodillado al planeta desde hace un poco más de trescientos sesenta y cinco días. Cerca de dos millones de fallecidos y millones de contagios es el balance aproximado del horror que no se sabe cuando termine.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

El desafío para los dirigentes y autoridades políticas y sanitarias del globo en el 2021 es grande, inmenso y pareciera que interminable ante la terrible ansiedad de la humanidad que hasta el momento y después de un año y algunos días la convierte en esperanza ante la aparición de la vacuna producida por los más importantes laboratorios farmacéuticos del mundo. La cual ya se está aplicando en algunos países del Viejo y Nuevo Mundo. En Colombia el reto es superior y prioritario por el aumento acelerado de contagios y de fallecidos, a causa del desenfado con el que sus habitantes tuvieron en los dos últimos meses del año del horror -2020- provocando un marcado escalamiento en hospitales y clínicas.

El programa pre-establecido por el gobierno -Presidencia de la República y Ministerio de Salud- para la vacunación, se encuentra a la espera de la llegada en los últimos días de este mes -enero- de los cuarenta millones de dosis adquiridas a Pfizer, Moderna-Aztraseneca y Covax, a los que se debe adicionar los nueve millones comprados con anterioridad a la firma Jansen, (Johnson y Johnson), hace pensar que el plan podría iniciarse en las primeras semanas del mes de febrero, tiempo y fecha considerada por la autoridad colombiana.

Si se cumple con lo anterior, lo inmediato a consolidar serán los programas de reactivación social que irían de la mano con los de economía, seguridad, sanidad, educación, trabajo, entre otros. La reactivación ha sido lenta y si el efecto de la vacunación es positivo, se debe producir una aceleración en cada uno de ellos, teniendo en cuenta una inyección robusta de recursos por parte de las respectivas instituciones gubernamentales, la cual debería producirse con la inmediatez requerida, a sabiendas que a medida que transcurre el tiempo, la política que empezó a agitarse debido a las campañas pre-electorales, podrían ser una piedra en el camino.

Los integrantes del parlamento -Senado y Cámara- que han sido llamados a sesiones extraordinarias, tienen que ponerse serios, sus retos en lo que a reformas se refiere, laboral, judicial, política, medio ambiente, salud, etc, implican un desafío que deben salvar con celeridad y contribuir a la pujanza del país y de los colombianos, agobiados por la desesperanza y la escases de oportunidades. Esta es la más grave crisis que afronta el planeta que nadie imaginaba, pero, si anteponen su mezquindad política y priorizan la necesidad general a la particular, en conjunto con el gobierno, la nación podrá corregir el rumbo. Entonces se podrá ir olvidando la debacle causada por éste enemigo sin rostro originario del Gigante Asiático.

Feliz Año 2021