La cantante Inma Vílchez nacida en Jerez de la Frontera ha sido amenazada de muerte por los -anti- que no cesan de manifestarse con odio hacia los personajes que no ocultan su afición a la fiesta brava.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

La violencia que continúan generando los animalistas escudados bajo el rotulo de defensores -pero no de las vidas humanas- sino de los cuadrúpedos seres vivientes sintientes, objetivo nada convincente, que los está conduciendo a la criminalidad, creyendo por su estrechez mental, que es la forma perfecta de acabar con la fiesta de los toros, caen nuevamente en el delito para conminar a la cantante jienense Inma Vílchez.

En la misiva, que la propia cantante publicó en sus redes sociales, se pueden leer –entre múltiples faltas de ortografía– amenazas como «sabemos dónde te encuentras, en un pueblucho de Andalucía, normal, ¿pues no vas de valiente? Lo vas a necesitar» o «Nosotros te vamos a enviar un regalo. Y cállate ya penosa facha de mierda».

«No sabes ni lo que dices. Ponle banderillas a tu sobrino (…) y deja a los toros tranquilitos. Tened cuidado en la calle que igual que tú matas toros te puede pasar igual a ti. (…) Ya hemos escrito la canción para el día que te mueras y ojalá te mate un toro, aunque igual se adelanta alguien (…) Quien avisa no es traidor», concluye la carta que la cantante denunció nada más recibir.

La respuesta en su cuenta de twitter es la siguiente:

¡RESPETO! Hoy tengo la necesidad de pedir RESPETO que los aficionados taurinos nos merecemos. Demostrando una vez más que nuestros valores están muy por encima de lo miserable que rodea a ciertos seres vacíos capaces de celebrar una muerte humana, así como de desearla como en mi caso.

Pero siento decir que estoy viva y que no hay amenazas, ni ha nacido aun el ser capaz de callar mis escritos, ni enmudecer mi voz.

Soy más taurina que el albero y en mi casa me enseñaron a amar.

Odiar es de flojitos, la gente fuerte ama, ama un montón.

Y este amor al toro bravo es el que me hace seguir componiendo, pero claro el odio no entiende de amor, mientras el odio y la maldad amenazan, el amor y yo seguimos cantando.