Sábado de Gloria -8 de abril- dio la gloria al torero peruano Roca Rey al cortar cuatro orejas en el Coliseo de Arles. Celebró la humanidad que profesa el rito católico y taurino el triunfo inobjetable del espada en la corrida de toros -mano a mano- que sostuvo con su colega francés Sebastián Castella.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

No es nada nuevo registrar una noticia de un triunfo contundente del diestro hispano-peruano Roca Rey. Una figura de la tauromaquia que mucha falta le hacía por su estilo e interpretación del toreo evolucionado que oxigena por lo cual desde el mismo momento en que se le anuncia eruditos, conocedores y simplemente espectadores abarrotan los tendidos de los diferentes escenarios, como el de este Sábado de Gloria -8A- en la ciudad francesa de Arles. Afición admirable complacida merecidamente por el empresario actual, el matador de toros retirado Juan Bautista que ha dibujado una sensacional Feria de Pascua integrada por tres dobles jornadas y una corrida camarguesa. El serial concluirá el próximo lunes 10.

Los toros de la ganadería de encaste Santa Coloma de -La Quinta- favorecieron con sus limitadas condiciones a Roca Rey que entendió su juego y si no hubiese sido por la toledana en el 2º y 4º de lidia ordinaria el corte de apéndices habría aumentado. Sin embargo en cada uno de ellos recibió una oreja. La versatilidad de su tauromaquia se reflejó rápidamente en  la asamblea que con nutridas palmas premiaba su labor. Dos orejas paseó en el último de la tarde.

Por su parte en deuda ha quedado el diestro Sebastián Castella con la afición de su país. Momentos importantes se observaron en sus diferentes intervenciones que no tuvieron buenos finales. Silencio, silencio y más silencio.