Parece ser la fórmula de la alcaldesa de Bogotá para el próximo año. Los pobres pasan a la pobreza extrema y la clase media entra en fase de extinción. La ecuación la completan la propuesta de Alvaro Uribe V de disminuir las horas de trabajo semanales de 48 a 40 de los asalariados y la de los empresarios de ofrecer el 2% de aumento al salario mínimo.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

El próximo 1º de enero los bogotanos que votaron a la alcaldesa no ven reflejado su trabajo en la ciudad, fecha en la que se cumple el primer año de acceder al segundo cargo público de la nación. Dicho en otras palabras, el avance de la ciudad en obras, seguridad, salud, educación, movilidad, servicios públicos, incluido transporte, trabajo, no se nota. ¿Cuándo iniciará? 

En el final de la presente semana -segunda del mes de diciembre- el secretario de Hacienda Juan Mauricio Ramírez Cortes, deja otra perla para los habitantes. Impuestos para los combustibles parqueaderos y otros más, con el objetivo de mejorar el servicio público de transporte. Estos genios llegados a la administración de la ciudad, demuestran su incapacidad, creando estas cortinas de humo y si la propuesta no es aprobada por Concejo Distrital, tienen a quien culpabilizar y justificar de ésta manera su gestión. Bogotá es una capital de muy pocas vías y las están complicando con el prurito de las ciclo-rutas que no son otra cosa que la instalación de unos maletines en uno de los carriles de las avenidas, imposibilitando el tránsito, durante el día, medida que va dirigida explícitamente contra la circulación de los automóviles particulares. Ni hablar de la salud, ni de la seguridad, como de los restantes sectores que se encuentran disparados a causa de la negligencia de la mandataria.

Los ciudadanos se preguntan entonces ¿qué necesidad se tiene para hacer aprobar estos impuestos, si el miércoles anterior -diciembre 9- el Concejo aprobó el presupuesto por votación mayoritaria por la suma de 23.9 billones de pesos? Las necesidades prioritarias antes mencionadas y la propuesta de los impuestos sugerida por el -secretario-de-hacienda- deben estar incluidas en esta cifra fabulosa del presupuesto. La Contraloría, Procuraduría, Tesorería, Veeduría, deben estar atentos a los manejos y destinos del dinero. Esperamos que la corrupción no haga fiesta.

Lo otro es la propuesta del ex-presidente Alvaro Uribe de reducir las horas de trabajo semanales de 48 a 40 a los trabajadores, proposición que no ha sido bien recibida porque no los beneficia, según manifiestan los expertos. La ayuda sería para las empresas, que de inmediato rebajarían el salario y la contratación para fomentar el empleo sería mínima.

Finalmente se está discutiendo el aumento del salario mínimo -mecanismo fundamental- entre los sindicatos y el empresariado, primeros encuentros donde se escuchan las proposiciones de las partes, no dejan buen balance. Diferencias abismales. Los primeros han puesto sobre la mesa la exigencia de un 14% de aumento y la contraparte responde con una oferta que raya en lo ridículo y falta de respeto de un 2%. Es decir, el aumento sería tan solo de diecisiete mil quinientos pesos ($17.500.oo).

De acuerdo con lo expuesto, el efecto pandemia más el de los políticos non-santos- llevan rápidamente a la ruina al sector laboral. Los pobres bajan al renglón de la pobreza extrema y la clase media desaparecerá. Es lo que se espera para el 2021.