La anarquía continúa en las principales ciudades colombianas. Bogotá, Medellín fueron epicentro  del vandalismo, ataques, saqueos, hurtos y desmanes el pasado miércoles -28J aparición temporal- por parte de los terroristas e integrantes de las autodenominadas primeras líneas. Capitales que además de la elevada inseguridad que padecen sus habitantes, sufren también los efectos del sicariato.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Los alcaldes de Bogotá, Medellín y Cali pareciera que no les interesa profundizar en éste problema-obligante de priorizar como es el de la anarquía que cada vez que les provoca a estos incitadores de la violencia los realizan en puntos determinados, sectores de los que se han apropiado sin fórmula de juicio, con los consabidos enfrentamientos contra la policía y el ESMAD y solamente hablan de establecer concertaciones que no han tenido el resultado que se espera particularmente en Bogotá. Pero dejando el problema y la desprotección sin solución y sin estrategias para combatir estos flagelos que afectan gravemente a la sociedad que rechaza con toda razón la actitud de esta horda salvaje. Voltean la cara para la otra orilla, dando a entender que sus pensamientos políticos tienen mucho de afinidad. Otra forma de contribuir al descuadernamiento de la nación que sale de sus entrañas. Exponentes de la mentira emotiva y de los actos premeditados para propagar la confusión y el engaño con fines arbitrarios.

Están socializando subrepticiamente el término de la pos-verdad, la nueva significación de la mentira -el que algo aparente ser verdad es más importante que la propia verdad- Y cuando la mentira se convierte en la verdad y los hombres la creen su destino es bien sabido… son idiotas útiles. Son ignaros de los motivos reales de quienes se aprovechan de ellos e incluso terminan favoreciendo causas adversas a ellos mismos y a sus propias creencias. (Párrafo escrito por Gregorio Caro Figueroa en el diario Clarín).

Cualquier parecido con lo que está sucediendo en Colombia… no es coincidencia. Los discursos de estas personas que administran estas capitales exacerba, solo buscan su beneficio personal. Actitud que desconsuela, su apoyo a las marchas y cuando estas están en las calles, la destrucción es cuantiosa. Colombia llega a noventa días de violencia, de criminalidad y de anarquía. Es hora que hagan uso de la autoridad con firmeza y se obtenga el orden y la tranquilidad a la que también tiene derecho la otra parte de la sociedad. Igualmente no se puede seguir aceptando la intromisión en los asuntos internos, de los organismos internacionales abiertamente permeados por la izquierda. Posición realmente oportunista e hipócrita. 

CONCERTACION, mecanismo eficaz… pero con autoridad.