Por: Nestor Giraldo Mejia.

Sería injusto no escribir unas líneas dedicadas al espada de Trigueros – Huelva, David de Miranda quien literalmente se jugó la vida en la plaza de toros La Malagueta en el sexto festejo de la Feria de Málaga con toros complicados de Victoriano del Rio, siendo el mejor, el lidiado en primer lugar.

Una faena de sangre fría la realizada en el tercer toro de la tarde en la que el diestro de Huelva puso de acuerdo a todo el mundo por su valor. Si bien es cierto el toro tuvo nobleza sin humillar, también es cierto que el torero expuso su vida ante los pitones que le pasaron una y otra vez a la altura del fajín sin inmutarse, enroscándoselo en redondos invertidos obligándolo a pasar alrededor de su cuerpo. Faena de grandes quilates que después de la estocada le pusieron las dos orejas en sus manos. Con el sexto al que le faltó nobleza y tuvo genio quiso hacerlo ver como potable, llevándose tremenda cogida que no hizo carne afortunadamente. También se jugó el tipo y con una estocada efectiva y rápida, cobró un apéndice más.

Manuel Escribano con ese profesionalismo que lo caracteriza estuvo francamente bien. En los dos, se fue como es costumbre a porta gayola, cubrió el segundo tercio con solvencia y exhibió su técnica, facultades y bien hacer para obtener apéndice en cada uno.

Andrés Roca Rey, no contó con la suerte necesaria sorteando el lote de más complejidad. Hizo gran esfuerzo en el segundo siendo ovacionado y en el quinto con un ejemplar con peligro y sin definirse por sus irregulares embestidas, fue desarmado en dos ocasiones. La suerte suprema se la puso difícil el astado con la espada recurriendo al descabello tras dos avisos.