Por: Néstor A. Giraldo Mejía

Nobles, descastados, sin fuerza los toros de El Conde de Mayalde.

Gran tercio de banderillas de Ismael Martin en el toro bis de su confirmación. Inicio de faena con pases por alto. La falta de fuerza hizo que no hubiese más intensidad en su labor. El toro noble, sin malas ideas pero faltándole transmisión. Con seguridad, el salmantino metió la espada hasta la empuñadura. Ovación.  En el quinto se cubrió el segundo tercio con solvencia y seguridad por Ismael y El Fandi. Nada que hacer con las medias embestidas, la mansedumbre y sosería de este sobrero al que no pudo estoquear porque el animal se echó sin permitir la suerte al torero. Silencio.

Buen tercio de banderillas de El Fandi que invitó a Ismael Martin colocando los palos con solvencia. A pesar de la voluntad y el temple en algunos pasajes de la lidia del granadino, el toro adoleció de transmisión. Lo mejor, la estocada en todo lo alto. Silencio. El cuarto fue banderilleado por el propio matador de manera desigual destacando el par al violín. Repitió con inercia las embestidas con la cara alta sin terminar de entregarse. Faena con algunas protestas por parte de los espectadores. Media estocada caída. Silencio

Cuajó una buena faena por el pitón derecho, Samuel Navalón. Las distancias, el sitio y el temple fueron fundamentales. Por el izquierdo también logró instantes de lucimiento con un toro noble al que le faltó fondo de bravura. Estocada contraria. Ovación. Faena meritoria al sexto con nobleza que tuvo algo más de movilidad pero tandas muy trompicadas por los derrotes del ejemplar. Por el izquierdo hubo mejor labor sin dejar tocar la muleta con los pitones. Demostró valor en un arrimón impresionante. Pinchazo, Estocada y descabello. Ovación.