El país deportivo está convulsionado por las dos últimas deshonrosas presentaciones clasificatorias al próximo campeonato del mundo Qatar 2022 de la Selección de Futbol de Mayores frente a sus similares de Uruguay en Barranquilla y Ecuador en Quito.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

No es un motivo menor, por el contrario es muy grave lo que acaba de suceder con el combinado absoluto de futbol en la competencia clasificatoria rumbo a Qatar 2022 por la fuerte humillación recibida en los encuentros sostenidos con las selecciones de Uruguay el viernes 13 de noviembre jugando de local en la ciudad de Barranquilla, encuentro en el que recibió tres goles y la más reciente la del pasado martes 17 frente a Ecuador, partido en la que perdió por el abultado marcador de seis goles a uno.

Compromisos en los que se notó la abulia, desgano, falta de ética y profesionalismo de algunos jugadores que quieren con estas actuaciones provocar la renuncia o despido del Director Técnico portugués Carlos Queiroz. Es una grande afrenta de estos señores no solamente contra el DT, sino para con el país que tiene la esperanza que su selección esté en el mundial de Qatar. Pero le han mentido, falsas han sido las promesas de corregir los errores. Existe división en el seno del combinado. Un grupo que está en desacuerdo con inamovilidad de algunos compañeros y que son protegidos por el DT que ha allanado por la calle del medio. Uno de ellos que se ha sobredimensionado y sobrevalorado. Ha jugado 20 partidos en los que no anotó ni un gol. Se ve que juega mal y no corre, no cumple con las obligaciones y siempre es convocado y dueño del puesto. Relumbrón hace seis años en el mundial de Brasil, pero se apagó rápidamente. Ahora convertido según ha trascendido en la piedra de escándalo, provocando peleas con sus compañeros que no están de acuerdo con su manera de ser y de pensar. Seguramente esta derrota apabullante le costará el puesto al DT, que se equivocó en las convocatorias, en los planteamientos y en su discurso. A su arribo a Colombia expresó una idea de lo que sería su trabajo. Un esquema de juego riguroso en el que se exige un trabajo solidario de los once jugadores que estén en el campo. El llamado a la selección sería para aquellos que se encuentren en óptimas condiciones en el momento. Puntos, entre otros, que ilusionaron a los colombianos pero que hasta el momento no se han cumplido.

Es así como esta clase de futbolistas que hablan en los medios impresos, digitales y electrónicos no tienen credibilidad. Engañan y piden al pueblo que olviden la humillación y que los sigan apoyando, es la misma escuela de los políticos y de aquellos que firmaron un proceso de paz desestimado por los colombianos, prometen y no cumplen. Es el momento en que la Federación del Futbol Colombiano se pronuncie con drasticidad y si toma la decisión de rescindir el contrato a Carlos Queiroz, también debe tomar sanciones las que correspondan con los jugadores comprometidos en este affaire en contra de Colombia que se siente traicionada.