Por: Nestor Giraldo M.

Plaza de toros de Santander, coso de cuatro caminos, toros de Torrealta bien presentados y de buen juego con excepción del primero.

Finito de Córdoba faena de tramite a un toro renuente en capa y muleta sin ni un solo instante de lucimiento. Entró a matar con muchas precauciones sin efectos, manejando muy mal el verduguillo. Bronca. En el cuarto Finito dejó ver ese pellizco de arte en una faena pausada, de distancias cortas a un toro en ocasiones remiso, logrando muletazos de uno en uno pero con ortodoxia. Estocada entera. Ovación con saludo.

Venía de Mont de Marsan en horas matinales Emilio de Justo de torear una corrida de Alcurrucen que no le dejó réditos orejiles. Con un buen toro de Torrealta con transmisión supo medir sitio y distancias para fabricar una excelente faena consiguiendo mejores momentos por el pitón derecho toreando en redondo. La estocada a toro parado fue efectiva para cobrar la oreja solicitada por el público. En el quinto que brindó al maestro Jaime Ostos volvió a sumar con dos orejas el gran desempeño toreando de manera magnifica por el pitón izquierdo con un toro noble que le permitió el lucimiento y reconocimiento de los aficionados.

Ginés Marín Sin probaturas lanceó a la verónica de rodillas con remate de larga cambiada. Con la muleta, ligó buenos muletazos por ambos pitones a un toro noble con embestidas que permitieron un largo tramo en la lidia, rematando por bernadinas. Estocada trasera y dos orejas tras aviso. Con el cierra plaza que planteó algunas complicaciones Marín entendió las embestidas a veces bruscas del animal; con el transcurrir del tiempo se fue acoplando hasta conseguir limar las asperezas. Media estocada suficiente. Una oreja.