En este año 2020 en que el mundo cayó en la red del covid 19 para los toreros de las diferentes nacionalidades el campo donde se crían los toros bravos está convertido en el oasis para la práctica de su profesión. En Colombia Sebastián Cáqueza fortalece su esperanza.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Hace parte de la renovación generacional de la torería andante, con firmeza y confianza en sus condiciones mostradas antes de la pandemia en ruedos nacionales y extranjeros por lo que ha recibido el beneplácito de los entendidos -Sebastián Cáqueza- perfecciona su tauromaquia en diferentes ganaderías nacionales atendiendo la invitación de los propietarios, que también aprovechan la oportunidad de conocer el comportamiento de sus reses -hembras y machos- en los estrictos tentaderos donde se decantan los mejores.

Sebastián Cáqueza ha sido el emblema de la Escuela Taurina de Choachí -municipio enclavado en las estribaciones de la cordillera oriental y muy cerca de la capital colombiana- cuyo ejemplo de disciplina, dedicación, profesionalismo se les inculca a los alumnos. En el inicio de ésta semana fungió como director de lidia en la dehesa del maestro César Rincón, tentadero donde se probaron varias eralas (dos no tuvieron el visto bueno), dos cuatreños y un utrero que hicieron parte del festín, en el que también participaron varios novilleros.

El sábado 7 por invitación del ganadero Sebastián Vargas hizo parte de otro tentadero de la nueva ganadería “San Sebastián”. Las imágenes del torero chiguano que ilustran esta nota es el testimonio de su presencia en “Las Ventas del Espíritu Santo” y en la ganadería sabanera de San Sebastián.