Plaza llena en el sexto festejo de la feria del toro en Pamplona, tarde calurosa, toros de Fuente Ymbro de extraordinaria presentación y muy ofensivos, nobles y de diferente juego que pesaron 520 – 525 – 560 – 575 – 525 y 550 kilos.

Miguel Ángel Perera realizó quite vistoso por chicuelinas de mano baja y ajustada a un toro sin mucha entrega. Como siempre, el manejo de la franela ha sido de enorme temple a un noble ejemplar que le falto chispa. El extremeño corrió la mano con mucha suavidad sin dejarse enganchar girando en redondo construyendo una  faena de alto nivel.  Lamentablemente borró con la espada lo realizado con la muleta que fue de calidad y mucha seriedad. Saludo. En el cuarto que caminó mucho antes del embroque, Perera lo toreó con muletazos largos, templados y de mano baja. El mérito radicó en la técnica y valor por la condición del toro que se rebozaba por el pitón izquierdo con entrega humillando mucho. Exigente ejemplar y el espada a la altura de su oponente. Espada trasera que tardó un poco.  Oreja tras aviso.

Andrés Roca Rey saludó a la verónica con cinco lances y la media. Quite por saltilleras coreado a pesar del ruido ensordecedor de las peñas. El toro de mucha movilidad y prontitud. Inicio de faena en los medios de rodillas con muletazos por la espalda y girando en redondo. La nobleza del ejemplar permitió al limeño torear de manera ligada, templada y armónica sobre las dos manos. Lo toreó como quiso y por donde quiso en el mismo sitio sin inmutarse. Mató de soberbio espadazo. Dos orejas incontestables.  El quinto se atemperó con los dos puyazos teniendo como virtud, la nobleza. Pegado a la contera de las tablas inició su labor de muleta con pases por alto, estructurando la faena con limpieza, engarzándole muletazos uno tras otro con buena concepción. La firmeza y asentamiento, contrasto con la poca transmisión del pupilo de Ricardo Gallardo. No faltaron las cercanías dejándose casi que tocar los muslos con los pitones. Espadazo sin puntilla. Oreja con petición de la segunda.Tomas Rufo con un ejemplar de mucha calidad dejó ver sus credenciales e interpretó el toreo lento, rítmico, ajustado, profundo y templado por los dos pitones. Noble Fuente Ymbro con el que disfrutó e hizo disfrutar a los aficionados. Depositó la espada en su totalidad un tanto trasera y desprendida. Dos orejas. El sexto también noble pero con embestidas a media altura punteando, sin entregarse y soso.  Lo intentó Rufo metiéndolo en la muleta con la mano diestra y porfiando mucho por el izquierdo dominando al ejemplar deslucido y complicado. Media estocada perpendicular, una más caída y dos descabellos. Silencio tras aviso