En el centenario de su muerte acaecido en la plaza de toros de Talavera de la Reina -el 16 de mayo de 1920- el mundo taurino sigue recordando al más grande de los toreros. <José Gómez Ortega-El Gallo> entre ellos su más fiel admirador Morante de la Puebla.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Una centena de años han transcurrido y parece como si hubiera sido ayer, aquella tragedia en la que perdió la vida el más grande de los toreros “Joselito” pisó los ruedos demostrando el verdadero arte plástico -naturalidad, aplomo, suavidad- que rivalizó con la técnica y el poder -facilidad de jugar los brazos, pies firmes, pasarse los toros cerca, lances y pases largos- con su entrañable amigo “Juan Belmonte”. Sin duda hicieron viril y pasional a la fiesta. El tiempo parece no haber hecho mella y los seguidores, estudiosos, investigadores y demás que han esculcado en lo más íntimo a la historia, coinciden que aquella fue la mejor época del toreo. Pero la discusión permanece desde aquel momento; ¿hoy se torea mejor que antes? Son muchos los volúmenes que se han escrito desde entonces, por autores de suma importancia, especialistas en el tema, del universo, que solamente fueron admiradores, enciclopedias, libros, que registran los comentarios, fotografías y análisis de la mencionada época que se denominó la <época de oro del toreo> enriquecen desde entonces la tauromaquia.

Venerantes de alcurnia taurina aún se encuentran a la vera, uno de ellos, el torero que en la actualidad es considerado el intérprete y realizador del verdadero arte; Morante de la Puebla… arte puro. El sábado -16M- acudió al cementerio de San Fernando de Sevilla a visitar a su ídolo, el famoso mausoleo obra de Mariano Benllure en donde José Antonio depositó un arreglo floral.

Son repetidas las ocasiones en las cuales el sevillano ha expresado su admiración por José Gómez Ortega, a quien considera una inspiración dentro de su carrera profesional, donde a pesar del tiempo, constancia queda, tanto de su obra como de su maestría que ninguna pandemia será capaz de opacar.

Cabe recordar que Morante de la Puebla adquirió hace algunos años el despacho personal de Joselito «El Gallo», mobiliario compuesto por una mesa con fiadores de hierro, una silla de despacho y cinco sillas de estilo neorrenacentista de madera con asiento y respaldo de cuero repujado con el águila bicéfala coronada y con claveteado en bronce.