No escribo de un lugar, sitio, espacio o punto en especial, escribo de César Rincón ganadero de reses bravas y propietario de Las Ventas del Espíritu Santo dehesa que pasta en la localidad cundinamarquesa de Albán. El más importante torero de las últimas cinco décadas de Colombia.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Cumplió César Rincón con éxito indiscutido como torero en todas las etapas de su carrera profesional,  alcanzando la cumbre en el amanecer de la década de los años noventa del siglo pasado nada más, ni nada menos, que en la -Catedral del Toreo- Las Ventas de Madrid al salir en cuatro ocasiones a hombros por su Puerta Grande. Ahora como ganadero y en su país se juega con la misma decisión con la que se jugó en los ruedos para defender  a ultranza la fiesta de los toros.

El pasado sábado 5 de febrero organizó el tercer tentadero-didáctico en la plaza de toros de Albán que  abrió nuevamente sus puertas para recibir a los alumnos destacados Juan Rojas, Alan Criollo (el más chico de todos- foto) y Jefferson Rey, de la Escuela Taurina de la Sagrada Concepción de Une, la de más nivel -teórico-práctico- con que se cuenta en la actualidad, dirigida por el torero Nicolás de San Juan. Cinco vacas de gran comportamiento que se entregaron con calidad a los jamelgos y ante los capotes y muletas de los matadores César Camacho, Nelson Segura, Leandro de Andalucía, Sebastián Cáqueza y el novillero Santiago Fresneda. La bondad y nobleza mostrada por una de ellas -la tentación pudo más que la abstención- del maestro-ganadero, que tomó la muleta de uno de los invitados y la toreó con la sapiencia, poder y arte ya conocidos. Aplausos y ovación por parte de quienes colmaron los tendidos del ovalado tauródromo. Asistencia que colaboró económicamente para una de las obras sociales que adelanta la eficiente alcaldesa del municipio Liliana Bernal Contreras.