El torero madrileño Fernando Adrián se ha impuesto como ganador del Circuito Taurino -Copa Chenel- que finalizó en la tarde de éste sábado 23 en la localidad de Cadalso de Los Vidrios al cortar tres orejas. Fernando Robleño y Jesús E. Colombo finalistas también del certamen se llevaron una oreja cada uno.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

La afición de la Comunidad de Madrid y de esta localidad de Cadalso de Los Vidrios confirmó una vez más que su pasión por las corridas de toros la mantienen viva. Esta tarde acompañaron en el número permitido por la autoridad sanitaria a los toreros que habían llegado a la final de éste primer Circuito Taurino -Copa Chenel- celebrado en homenaje al Maestro Antonio Chenel “Antoñete” que partió hace diez años, dejando una huella imborrable en la tauromaquia y en la memoria de todos quienes le aplaudieron en su larga trayectoria de torero. Circuito que merece una enhorabuena de gala que seguramente tendrá repetición en el 2022. La oportunidad brindada a espadas que estaban en el dique seco, les dio un nuevo aire que les mantendrá con el ímpetu y el talento mostrado en sus diferentes presentaciones para el futuro.

Las diferentes tauromaquias expuestas en el ruedo de la plaza por cuenta de los diestros Fernando Robleño, Fernando Adrián y el venezolano Jesús E. Colombo ante los toros de las ganaderías de Adolfo Martin y José Vásquez, estos últimos coherentes en su presentación y de mejor juego permitieron que la terna se sintiera más a gusto y sacaran a relucir toda la seriedad que le imprimieron a sus faenas, de estilos diferentes, pero enmarcadas dentro de la ortodoxia.

Se vio una versión diferente del veterano Robleño que caló en la parroquia en ambas actuaciones. Cortó una oreja en el primero. En el cuarto perdió el premio al no estar fino en la ejecución de la surte suprema.

Fernando Adrián, castizo en su forma de torear -como describían los maestros de antaño- las actuaciones de los toreros de esa zona, construyó series por el derecho templadas, de mano baja y muy bien abrochadas con el forzado de pecho. Una oreja. En el segundo de su turno en castaño oscuro de fina estampa, se impuso la clase y el dominio del espada, pisando el terreno de su antagonista que no tuvo la acometividad requerida de un toro bravo. Una entera antecedida de un pinchazo fue suficiente para mandarlo sin las orejas al destasadero.

Jesús E. Colombo es un torero de grandes facultades, poderoso y de buen concepto. El segundo tercio lo cubre con facilidad y efectividad. Sus facultades en momentos en que los toros acusan debilidades no debería aplicarlas porque ayudan al desmoronamiento paulatino de las embestidas. Paseó una oreja del tercero ganada al realizar una faena de buen fundamento por ambos costados. En el último de la tarde recibió una fuerte ovación.

El trofeo fue entregado al final del festejo a Fernando Adrián con la presencia del Presidente de la Fundación del Toro de Lidia y del Director Taurino de la Comunidad de Madrid el torero retirado Miguel Abellán y del Jurado.