Empresario, ganadero y apoderado dejó de existir el pasado 19 de mayo en su residencia de El Escorial a la edad de 85 años a causa de una enfermedad que padeció durante largo tiempo y le ganó la batalla.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Fue hombre que se movió dentro del ambiente taurino no solamente en España sino también en América en donde se hizo a la propiedad de la plaza de toros de Iñaquito colocándola entre las principales del Nuevo Mundo. Consolidó la Feria del Jesús del Gran Poder en donde se hizo institucional la participación de las figuras hispanas del momento, como también las de éste lado del Atlántico, corridas de toros en las que se jugaron toros españoles. Con este trabajo se le consideró como una de las mejores aportaciones al planeta taurino.

Su acceso como propietario de la plaza Quiteña se produjo en el momento que Luis Miguel Dominguín le vendió la empresa Citotusa en el año de 1986. Fue secuestrado en 1989 durante ocho meses.

Junto a su hermano fue propietario de una ganadería de encaste Núñez anunciada primero como José Luis y Pablo Martín Berrocal y más tarde como ‘El Toril’. También junto a José Luis dirigió la carrera de varios matadores de toros, entre ellos Dámaso González.

En España fue empresario de varias plazas como Cercedilla, Socuéllamos y Figueras.

En 1994 vendió a los hermanos Salazar la mayoría de acciones y por ende la propiedad de la Plaza Quito. Su presencia como empresario de Iñaquito y al ambiente que bajo su tutela cobró el abono le reportó gran prestigio entre los profesionales y el reconocimiento del mundo taurino. La Feria Jesús de Gran Poder y el toreo ecuatoriano le deben mucho a este taurino español.

Perteneció al gremio transportador catalogado como uno de los grandes puesto que lideró la empresa La Sepulvedana dedicada al transporte de viajeros en autobús.

Foto: Momento en que recibe la Medalla al Mérito del Transporte de manos del entonces Ministro del Interior Jaime Mayor Oreja.