Antonio Ferrera y Manuel Escribano fueron los diestros encargados de correr el cerrojo de La Feria de Abril, que a decir verdad discurrió entre lo bueno y lo óptimo. Profesionalismo, voluntad y muchas  ganas de complacer a la feligresía fue lo mostrado por ambos espadas. Ferrera sin tocar pelo y una oreja para el especialista Escribano. Se corrieron los famosos toros de Miura.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

La Feria de Abril ha concluido. La Feria de Sevilla, la de Primavera termina con buen balance. Asistencia de público en todos los espectáculos incluidas las corridas en el Baratillo. La empresa Pagés parece según a vista de buen cubero cumplió con los estimativos. Triunfos de toreros, pero sobre todo el -hito- marcado por Morante de La Puebla -26 de abril 2023- máximos trofeos para abrir la Puerta del Príncipe. Orejas y rabo después de 52 años. 1971 año  en el que Francisco Ruiz Miguel lo paseara y dejara ese nivel alto, el que al parecer las posibilidades de repetirlo eran muy lejanas y a fe que fueron lejanas. Pero llegó, se realizó, llegó el día, el fin el mismo, pero los protagonistas toro y torero concelebraron un rito sublime, que no será fácil de repetir.

El cierre de La Ferial de Abril tan tradicional como siempre corrió a cargo de la ganadería de Miura, legendaria e histórica. Astados que fueron lidiados por dos toreros de amplio bagaje Antonio Ferrera y Manuel Escribano. El tercer espada David Fandila “El Fandi” se cayó del cartel, una lesión muscular, le impidió su comparecencia.  El mano a mano se dirimió con escases de trofeos, tan solo uno, concedido a Escribano cortado al 4º de la tarde -Choricero- su nombre. Su impronta se impuso, la que al final forzó la entrega del astado. Faena que puso de pies a Sevilla. El triunfo hubiese sido mayor si la suerte suprema hubiera sido correctamente ejecutada.

Antonio Ferrera silencio en toda la tarde.