Terminada la mini-feria de Manizales en su versión 66 deja la sensación de que es la única que sobrevive en el calendario colombiano a los ataques de los políticos y a la pandemia del coronavirus. Con dos corridas de toros a las que asistieron virtualmente un gran número de aficionados desde distintas latitudes.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Aunque muchos espectadores insisten que en el toreo no existe la lógica, lo acontecido en la Monumental de Manizales en las dos corridas de toros que fueron su componente evidenciaron lo contrario. Se impusieron las actuaciones de los toreros colombianos con más fuelle. Cristóbal Pardo con un extenso bagaje adquirido en los ruedos de los países vecinos Ecuador y Perú, este último en donde construyó una imagen que lo convirtió en ídolo, hace ya de esto muchos años. Amén de haber recorrido la geografía colombiana, primero como novillero y posteriormente como matador de toros durante varios lustros, con las sombras y los claros que la profesión de torero exige. La cosecha de lo sufrido pero también de la gloria conseguida en su trasegar, fructificó en el grisáceo albero manizaleño el pasado domingo 11 de enero, día en el que saboreó las mieles del triunfo y aplicó para la obtención del trofeo.

Y José Arcila nacido en esa tierra conquistada por el ímpetu de los arrieros antioqueños y vigilada por el imponente Nevado del Ruiz, dejó constancia de su tauromaquia clásica y perenne a la que los más rancios aficionados siempre dan la bienvenida por ser el pilar fundamental de esta liturgia. Convicción, seriedad, condiciones de su personalidad torera adquirida en España, soportada con sus incursiones en tierra mexicana, dejaron un gratísimo aroma, como el aroma del café de su patria chica, suave y de exportación.

Los demás espadas participantes Luis Miguel Castrillón, David Martínez, Juan de Castilla y Sebastián Hernández integrantes de la renovación, su proceso aún no termina y el resto del sendero se torna mucho más difícil para ellos por lo que ya se conoce -pandemia y política- situaciones adversas que parece por lo hasta ahora visto ayudan al entierro de la tauromaquia colombiana. Coletudos con raza que gestionaron su papeleta con solvencia, ante la prueba nada fácil que les propusieron sus astados de turno.

Los toros de las ganaderías de Ernesto Gutiérrez, Santa Bárbara y Juan Bernardo Caicedo  de buena presentación. Comportamiento de altibajos y de exigencia que presentan los toros bravos.

Para Cormanizales y su director general el médico Juan Carlos Gómez una enhorabuena por su compromiso con la afición nacional y global. De momento es la única empresa que puede realizar corridas de toros, con el derecho también de anunciar su próxima feria versión 67 a celebrarse en el 2022.