Gozo por los triunfos
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- 7 junio, 2021
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El triunfo del ciclista colombiano Egan Bernal y el del seleccionado de futbol nacional sirvieron de paliativo espiritual, material y de confianza entre los habitantes de este país suramericano que viene sometido a un caos político-social desde hace treinta y siete días por cuenta de las falacias de los miembros del Comité del Paro.
Por: Leopoldo Portilla Mesa
Los triunfos del joven ciclista nacido en la ciudad de Zipaquirá -Egan Bernal- en el Giro de Italia 2021 una de las -tres carreras de tres semanas- más importantes del mundo recientemente finalizada con una amplia demostración de talento y poder y la del combinado de futbol que volvió a ganar ante su similar de Perú de la mano del nuevo entrenador Reinaldo Rueda, con el cual se corrige el rumbo y al parecer dependiendo del resultado del encuentro del próximo martes 8 de junio frente al fuerte equipo de Argentina, en el estadio Metropolitano de la capital Atlanticense y con asistencia de público -25% del aforo permitido- se tocará el umbral e iniciar el recorrido por el sendero que los lleve al mundial de Qatar 2022. La vergonzosa presentación en la fecha anterior de la cual todavía se tiene ese sabor amargo dejado por algunos jugadores contemplados y caprichosos que no han tenido la gallardía de presentar disculpas al país, por su falta de actitud, profesionalismo y de respeto. Actuación que al decir de los pocos eruditos del balompié que laboran en Colombia sin estar comprometidos con entidades, ni personas, consiguieron solamente su propósito de provocar la salida del entrenador del momento el portugués Carlos Queiroz. Goleadas en Barranquilla ante Uruguay (3-0) y en San Francisco de Quito contra Ecuador (6-0).
Estas victorias han servido de paliativo pleno a los habitantes de esta nación futbolera, que no están de acuerdo con las ya desgastadas marchas de los falaces sindicalistas que cada día ven como sus similares de otras asociaciones manifiestan públicamente que no se sienten representados. Son 37 días de vandalismo, violencia, muerte, destrucción y bloqueos que coartan la libre movilidad, con efectos tan graves como el desabastecimiento de alimentos, medicamentos, etc., que en esta época de pandemia causan elevados contagios y fallecimientos. Delitos por los que tendrán que responder. No pueden posar de Mesías, defensores del pueblo, a quienes les venden la idea de que el estado que proponen subvenciona sus necesidades, económicas, laborales, de salud y otras más. Nada creíble. Aunque existan gobernantes camuflados con piel de cordero, partidos políticos que de palabra los respalden, comunidades indígenas, ubicadas en 737 resguardos, repartidos en 234 municipios de 27 departamentos, protegidas por los gobiernos y poseedoras de cerca de treinta millones de hectáreas, se desplazan hacia Bogotá para acompañar la toma de la capital, programada para el próximo miércoles 9 de junio. Se sabe que los indígenas -según ellos- trabajan la tierra, sus cultivos que tanto defienden y aseguran son lícitos, ¿les da para estos -ires y venires- bloquear carreteras, participar decididamente de estos eventos proclives a la irregularidad e irrespeto, a la inconstitucionalidad por tiempo indefinido? La pregunta es ¿de donde sale el dinero para el traslado, alimento, alojamiento, de todas estas personas? Blanco es… gallina lo pone.