La presentación del torero colombiano este sábado 15 de abril en la plaza de toros de San Agustín de Guadalix califica (al cortar una oreja en su 1º y dar una aplaudida vuelta al ruedo en el 2º de su lote), en la escogencia del triunfador de esta corrida de toros parte de la 1ª semifinal de la Copa Chenel. Alternó con Borja Jiménez  (oreja en el 4º) y Rafael Serna (silencio).

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

La dignidad con la que se presentó el diestro antioqueño Juan de Castilla en la tarde de este sábado en la plaza de toros de San Agustín de Guadalix integrando el cartel de la  corrida que hacía parte de la primera semifinal de la Copa Chenel, hace pensar que quienes definen al triunfador del festejo se inclinaran por la actuación del torero del barrio Castilla de Medellín, habida cuenta del empate en el corte de un apéndice con el sevillano Borja Jiménez. La evaluación de las faenas y la postura de los diestros frente a los toros serios, ofensivos, bien presentados y con el peso reglamentario de las ganaderías preferidas por los aficionados toristas de Baltasar Ibán y Herederos de Celestino Cuadri, serán las que a buen juicio acierten en la designación.

Juan de Castilla hizo gala de su entendimiento lidiador con el bravo y encastado primero de su lote, al que le prodigó doblones flexionando la pierna, seguidos por una interesante tanda de naturales largos y templados, pitón por el cual volvió a torearlo muy encajado, después de intentar por el derecho, el cual no tenía el de -Baltasar Ibán- el recorrido deseado. Finaliza de una estocada defectuosa que necesita el complemento del verduguillo. Una oreja le concede la presidencia. En el otro -5º bis del hierro de Cuadri- (el titular fue cambiado al perder las manos en el momento de su salida acusando notoria molestia en la derecha). Realizó una faena limpia y dominadora -brindó al respetable- por ambos costados. Concluye con un estoconazo que cae lastimosamente un pelín trasero. Fuerte petición que no es atendida por los integrantes del palco. Vuelta al ruedo.

Jiménez Borja se exigió con el que abrió plaza, de poca duración además de distraído, y la aparición del viento, impidieron el triunfo. Su segundo de mejor juego permitió el lucimiento con el capote con el que se destaca un elegante y emocionante quite por chicuelinas. La entrega y el buen manejo de la muleta en las series ligadas por ambos pitones, son perfectamente rematadas por un estoconazo que hace rodar al cornúpeta sin puntilla. Una oreja. Vuelta al buen toro que lució la divisa de Baltasar Ibán.

Muy discreta fue la actuación de Rafael Serna.