Por: Nestor Giraldo Mejia.

Así registro Marcos Sanchidrián en MUNDOTORO el triunfo del colombiano Juan de Castilla en El Tiemblo.

El castaño tercero, de gran arboladura y en tipo, repitió en el capote de Juan de Castilla que se salió a los medios a la verónica. El de Ibán apretó y se empleó debajo del peto. Buen tercio de Iván García Marugán que salió ovacionado del ruedo. Marcos Prieto lidió con precisión y Raúl Cervantes puso dos excelentes y arriesgados pares. El colombiano empezó de rodillas en los medios. Hay que tenerlos cuadrados para dejárselo llegar como un tren de mercancías. El toro tuvo transmisión en cada embestida y el torero puso la entrega para que la conjunción fuese perfecta. El dominio fue absoluto por ambas manos. Derechazos, ligados con dosantinas, el de pecho para volvérselo a pasar por las femorales… y la estocada fue la firma perfecta a una faena de quilates. Dos orejas rotundas y el toro fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

El sexto fue un toro de apostar, de estar muy sereno delante de él, de ofrecer muleta muy adelante y no pegar ni un tirón. Juan de Castilla se colocó en el sitio, muy firme, para cuajar muletazos largos, con mando, lo que exigía este exigente toro. Hay que tener mucha hambre para ponerse de rodillas a dar manoletinas en El Tiemblo. Se tiró a matarlo de verdad y cobró una emocionante estocada. Incomprensiblemente, el premio quedó en una oreja. El presidente no se puso delante ni pasó miedo. Juan de Castilla firmó una tarde inconmensurable.

Por su parte los alternantes del colombiano Antonio Ferrera y Damián Castaño se fueron de vacío.