A veces no son suficientes el valor, las condiciones, la sapiencia, la inteligencia y algunas otras cosas,  si no se cuenta con suerte; por eso los toreros antes de hacer el paseíllo se la desean. 

Faena al toro de Pallares con los ingredientes antes anotados pero a la hora de la suerte suprema, Emilio de Justo que se tiró con fe y recto al morrillo del ejemplar, no tuvo la suerte para salir indemne del embroque siendo cogido peligrosamente cayendo sobre su cabeza, doblándose el cuello y fracturándose las vertebras C-1 y C-2 con fisura en la base del cráneo. Lesión seria que lo mantendrá por espacio de dos a tres meses apartado de los ruedos. Cortó una oreja 

Lamentamos profundamente el percance pero al mismo tiempo le damos gracias a DIOS que su movilidad de extremidades tanto superiores como inferiores no sufrieron traumatismos. 

El resto del encierro corrió por cuenta del veterano diestro Álvaro de la Calle quien teniendo poco oficio, supo sortear el compromiso con dignidad y decoro entre avisos, ovaciones y vuelta al ruedo. 

Toro para destacar el cuarto de la tarde con el hierro de Victoriano del Rio de nombre “Duplicado” y con  el que seguramente Emilio hubiese disfrutado al máximo por su bravura, fijeza, humillación y en  síntesis, enorme calidad en sus embestidas; tanto así que fue premiado con los honores de la vuelta al ruedo. 

Nos queda únicamente elevar una oración al cielo para la pronta recuperación de Emilio de Justo y poderlo ver anunciado nuevamente en carteles de máximo interés.