Como todos los sectores del país se encuentran expectantes en el umbral de la incertidumbre, el taurino-minoritario no alcanzará a traspasarlo porque la aplanadora de las coaliciones que apoya al nuevo régimen en el Congreso está lista a decretarle su defunción.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

No hay luz al final del túnel, la llama del pebetero encendida durante casi un siglo, se extingue y la esperanza que dicen es la última que se pierde -está cerca pero muy cerca- porque la negligencia, la falta de ímpetu, de valentía, de entrega total, sin oponer resistencia, para defender la tradición cultural taurina de todos los pueblos hispano parlantes entre ellos Colombia, el conglomerado taurino se apresta a recibir el certificado de defunción en los próximos días por parte de la aplanadora petrista conformada por coaliciones dispuestas a desaparecer todo lo que al nuevo régimen no le gusta. Los proyectos presentados para la prohibición de todo cuanto tiene que ver con el maltrato animal para su debate en esta legislatura los aprobarán con la mayor celeridad y de esta manera demostrar que el cambio ya está en marcha.

La historia que dejaron importantes hombres y mujeres para que la tauromaquia fuera evolucionando a través de la última centuria, cae en el abismo del olvido, sin que a los -protagonistas ganaderos, toreros- pareciera no les preocupó. Demasiada confianza en la persona quien se arroga la salvación de la tauromaquia en el país y ahora se desengañan con el resultado negativo llamado fracaso. Por el contrario ha irrogado en este campo del que adolece de conocimiento. El desinterés mostrado por todo el sector taurino se refleja con esta decisión negativa. Un milagro lo salvaría… pero los milagros… no existen.

La frase que dice que los valientes mueren de pie y con la botas puestas… en este caso no se cumplió.