Trece días han transcurrido desde que hizo su aparición el COVID-19 en Colombia y la gravedad de la pandemia de todos conocida ha puesto en evidencia la política paquidérmica del gobierno.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

El descontento generalizado de los colombianos ha puesto en evidencia la actitud -lenta por demás- del gobierno que viene dando palos de ciego para poder manejar y contrarrestar con eficacia la gravedad del coronavirus. Contradicciones y roses con gobernadores y alcaldes por las determinaciones tomadas en sus respectivas zonas que pretenden blindar el acelerado contagio de sus habitantes. No es necesario saber de alta política que el presidente es el responsable del orden público nacional, así reza en uno de sus artículos la Constitución Nacional 1991. Falta de coordinación al parecer no se tuvo por parte de los mandatarios regionales que en días anteriores habían declarado el -toque de queda- lo que generó un escándalo mayúsculo. Sin embargo, mantuvieron sus decisiones, a pesar que en la noche del miércoles se hizo público un comunicado de la Casa de Nariño en el que se reafirmaba que el primer mandatario era el responsable de ordenar el -toque de queda- y en el que también se les solicitaba que todas ellas fueran coherentes. Mensajes van y vienen por parte de unos y otros a través de las redes sociales, algunos con las pretensiones político-ofensivas que dejaban entrever su malicia y egoísmo.

Caso aparte el de Bogotá que no tiene -toque de queda- pero a cambio de ello se ordenó el aislamiento obligatorio durante cuatro días a partir del viernes 20 y hasta el lunes 23 de marzo, decisión que según la alcaldesa sí fue consultada en la Casa Presidencial. Lo cierto es que en la mañana de éste jueves se conoció la información que el número de personas infectadas ya pasa del centenar. El temor de las autoridades de sanidad es que no se tiene la infraestructura para atender a los ciudadanos que con seguridad sobrepasaran la cifra en todo el país.

La otra -perla- del primer mandatario fue la que se conoció también en la mañana de éste jueves, en la que se hacía referencia al ofrecimiento hecho en la reunión de presidentes de -Prosur- de utilizar el aeropuerto -Eldorado- como punto de ingreso a la región. La protesta nacional no se hizo esperar, ha sido con vehemencia. Eldorado ha sido blanco de las más duras críticas por la negligencia de su operador, de las autoridades migratorias y de sanidad. Es el mayor colador de la nación, lugar donde el control es mínimo. Los mismos usuarios se quejan. Al final una aclaración del presidente del Uruguay Luis Alberto Lacalle.

Duque dijo que en una reunión de los presidentes de Prosur su única inquietud fue cuál iba a ser la coordinación que se iba a tener frente a las fronteras aéreas en la medida que algunos países estaban cerrando sin clarificar y con ello se estaban quedando ciudadanos de esos países atrapados en los aeropuertos.

“Yo dije con mucha claridad: lo que no puede pasar es que en Colombia termine quedándose todo el mundo atrapado por decisiones que no han sido coordinadas y yo celebro que el presidente Lacalle haya hecho esa aclaración porque ese fue el sentido de ese comentario”.

Ojalá el presidente y demás responsables tomen en serio la tragedia por la estamos atravesando y dediquen su tiempo para que éste flagelo no sea tan severo como lo pronostican los especialistas.