Por: Néstor Giraldo.

El festival inició con el desfile de la Virgen de La Macarena sobre las 8 de la noche después de un diluvio monumental que retraso el comienzo del festejo con presencia de autoridades civiles, militares y eclesiásticas. Tendidos llenos.

Se lidiaron novillos-toros de la ganadería de Ernesto Gutiérrez, presentados correctamente para el evento y nobles a los que se le cortaron nueve orejas, destacando el segundo, “Silletero” número 253 con 422 kilos que fue indultado y “Florisel” número 180 con 410 kilos al que se premió con la vuelta al ruedo.

Antonio Ferrera con su toreo sui generis, toreó de capa, se subió al caballo para picarlo y lo muleteó de variada forma para entregarse en la suerte suprema y cortar los dos apéndices.

La categoría de Sebastián Castella es innegable y con una faena de nivel superior por la calidad del ejemplar noble y bondadoso, recibió las orejas simbólicas por indulto.

El colombiano Cristóbal Pardo siempre dispuesto, alegró la noche cubriendo el segundo tercio de manera impecable en faena reposada para pasear un trofeo

Gran interpretación del toreo entregó Alejandro Talavante sobre todo por el pitón izquierdo. Una oreja cortó después de estocada entera.

Muy justo de casta el que le correspondió a Daniel Luque pero dejó sentado su crédito al torear de manera inspirada con la capa. Finalizó su labor por luquesinas y se premió con una oreja.

Emilio de Justo no tuvo suerte con su novillo pero le buscó las vueltas para tratar de agradar con un ejemplar rajado y pegado al piso. Se pidió la oreja denegada y fue ovacionado.

Román tampoco sorteó un novillo que le permitiera el lucimiento y se silenció su labor tras dos avisos con manejo deficiente de los aceros.

Sorprendió el novillero Felipe Miguel Negret por su actitud con un astado que lució y lo hizo lucir en faena muy entregada. Estocada entera y dos orejas.