La desmitificación de la carrera presidencial por los actuales 15 precandidatos la han convertido en una verdadera parodia. Protagonistas de una aspiración que otrora era seria, en la actualidad se les mira por parte de los ciudadanos con humor a algunos de ellos.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Las inscripciones hechas en la Registraduría Nacional hace pocos días por algunos de los 15 precandidatos que pujan por llegar a ocupar el primer cargo de la nación causó hilaridad por los atuendos con que se presentaron como también de sus acompañantes. Recursos con los que intentan convencer, hacer conocer su imagen de arrepentimiento,  purificación y perdón por su incompetencia, a sus posibles electores. Como el de aquel que se apareció con unos inofensivos canes, otro con una –bici y ruana- seguidores con vestidos que usan en las fiestas folclóricas de sus regiones, aquel otro que peregrinó al  Vaticano, otro que hace montajes en las redes sociales etc. Por lo cual se puede colegir que la duda y la inseguridad les asalta a pesar que llegan a esta consulta interpartidista del 13 de marzo con las firmas necesarias que fueron avaladas por el ente respectivo y por partidos cuasi-desconocidos. El reconocimiento nacional no lo tienen asegurado por la falta de repercusión que tuvieron en el desempeño de sus cargos. Obras inconclusas de todo tipo pero sobre todo por la inseguridad que se les salió de las manos, igual aconteció con la salud y la educación sectores que aquejan a la población de tiempo atrás.

Las coaliciones por medio de las cuales se pretendía obtener favorabilidad en las urnas para los aspirantes a la precandidatura presidencial y arropar a otros de -baja conducta que solicitaron un SOS y se refugiaron en la que consideraron de mayor opción- en las listas para Senado y Cámara- no consiguieron el objetivo por el cual se constituyeron. Por el contrario se fracturaron  como la CCE. Solamente siete candidatos irán en solitario a la contienda electoral -primera vuelta- el 29 de mayo. El partido liberal en vía de extinción no tiene candidato. Quienes se encuentran en la puja no reúnen las virtudes que debe tener un líder político, prestancia, imagen, mesura, credibilidad, firmeza, autoridad, honestidad, convicción, empatía, entre otras. ¿La parodia continuará? Estamos en las primeras de cambio.