SEIS OREJAS SE REPARTEN FERRERA Y JUAN DE CASTILLA EN LA TERCERA DE LA FERIA DE MANIZALES. EMILIO DE JUSTO CON LOTE MENOS POTABLE.
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- 8 enero, 2025
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Por: Néstor Giraldo.
El encierro de “Santa Barbara”, variopinto y con matices de bravura fue bien presentado y algunos con carencia de fondo en tarde de variedad climatológica con asistencia casi completa en los tendidos.
La variedad, el histrionismo y el personal estilo de Antonio Ferrera, impacta en los tendidos como torero heterodoxo que deja ver facetas espectaculares con toreo fino y ortodoxo. Derechazos y naturales en redondo fueron la base de la estructura de su faena en el primero a un buen ejemplar que respondió con nobleza y calidad. La estocada entera y sin puntilla puso el trofeo en sus manos. El cuarto que partió plaza estrellandose contra un muro de concreto y partiendose el maxilar inferior, a pesar de su lesión embistió con calidad previo a un gran tercio de banderillas con brindis al burgomaestre local, agradeciendole la defensa de la LIBERTAD, el extremeño una vez mas estuvo inspirado, artista y entregado totalmente con un toro noble que persiguió la muleta del espada con suavidad y sin derrotes. En su particular estilo de ejecutar la suerte suprema desde distancias considerables, metió el acero de manera defectuosa, obligando al palco de usía a conceder los dos apéndices y la vuelta al ruedo del animal.
De las pocas veces que no cuenta con suerte el diestro de Cáceres, Emilio de Justo, ha sido esta en la que su lote no tuvo ni la calidad, ni el fondo de bravura suficiente para lucir sus cualidades de figura del toreo. Porfió con el primero sin poderlo ligar, despachando de pinchazo hondo y descabello, recibiendo palmas. El quinto, noble pero rebrincado en la muleta, protestando y punteando en cada muletazo, el extremeño con voluntad y técnica macheteando al manso, lidio en la querencia sin poder exponer la tauromaquia que le acompaña, metiendo espadazo completo que tardó para el derrumbamiento de la res. Fue obligado a saludar.
El colombiano Juan de Castilla tiene algo que a muchos les falta y es la actitud con la que sale a cumplir los compromisos. La faena del primero fue ligada con muletazos abriendo el compás y acompañando con la cintura el desplazamiento del toro que fue encastado y codicioso embistiendo bien por los dos pitones, cerrando su labor con muletazos invertidos de rodillas, colocando estocada entera que hizo rodar sin puntilla para pasear el doble trofeo. El inicio de faena del sexto fue como terminó en el tercero, de rodillas en serie de cuatro en el mismo sitio a otro ejemplar con nobleza que al final se mostró remiso en el engaño, produciendo la hilaridad en el público al descararse en el desplante. Una oreja más a su esportón en importante tarde del colombiano.