• 8 septiembre, 2024

TRIUNFAL DEBUT DE LEANDRO

Dos orejas le concedieron por parte de usía al novillero colombiano Leandro Gutiérrez por su firmeza, oficio y buen concepto del toreo cualidades mostradas en el festejo ante los serios y difíciles ejemplares de la ganadería de San Isidro celebrado este lunes 31 de agosto en la plaza de toros de Añover del Tajo.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Una potencial esperanza para Colombia Taurina aparece en el firmamento. Leandro Gutiérrez un caleño que hace más de un lustro sentó sus reales en España con la firme ilusión de hacerse torero. Alumno de la Escuela Taurina que dirige el matador de toros Alberto Aguilar presento su examen para acceder al escalafón de novilleros profesionales en la plaza de toros de Añover del Tajo este lunes 31 de agosto ante un difícil encierro con presencia, romana e impresionantes arboladuras que exigieron demasiado. Toros que rozaron los cuatro años, no tuvieron buenos finales. Buscaron siempre refugio en la querencia haciendo aún más complicado la labor de los novilleros.

Leandro con mejor disposición que sus compañeros, mostro oficio, y conocimiento especialmente en el inicio de sus faenas. Sorprendió con los pases de castigo para corregir la embestida y poder continuar con las faenas de muleta que fundamento con el toreo al natural, particularmente en su primero, faena que no pudo rubricar como mandan los cánones. En el segundo, con el que cerró el festejo se la jugó. Manejo con criterio el capote, momentos de conexión con la parroquia que rompió en aplausos. Creo la expectativa de lo que sería la faena con la flámula. Entrega, minutos de arte por ambos costados, pero la mayor duración fueron los dedicados al toreo de verdad. Naturales. Sufrió dos volteretas que causaron estupor, una mediando la labor y la otra en el terreno de tablas cuando intento pasaportar al sexto. Un pinchazo antecedió al final. El conglomerado solicito el doble premio para el colombiano. Petición que fue atendida por la presidencia. El par de apéndices los exhibió en medio de una felicidad manifiesta del conglomerado y por supuesto en lo personal se desbordo.

Sus alternantes Francisco Montero y Rubén Fernández les costó resolver la papeleta. Voluntad, deseo, ganas, no fueron suficientes para alcanzar la ortodoxia. Entendible, la prueba se puso en modo indescifrable para estos aspirantes.

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