El matador de toros Gonzalo Caballero regresó a los ruedos este 29 de mayo en la plaza de toros Félix Colomo de la localidad de Navalcarnero al cortar tres orejas  a los toros de la ganadería de Juan Pedro Domecq. Corrida mano a mano con el maestro Enrique Ponce (2 orejas y ovación) quienes abrieron la puerta grande y salieron a hombros de los aficionados.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

El espada madrileño Gonzalo Caballero quien reaparecía este sábado 29 de mayo en la plaza de toros Félix Colomo de Navalcarnero corrida mano a mano que rivalizó con el maestro valenciano Enrique Ponce en la lidia de astados pertenecientes a la ganadería de D. Juan Pedro Domecq -bajos de casta-  corrida que discurrió sin mayores complicaciones, obviadas por la erudición y técnica de Ponce y por el amplio conocimiento de Caballero. Los espectadores tributaron una calurosa ovación a Gonzalo terminado el paseíllo. Asistió la Infanta Elena su amiga, a quien le brindó la lidia de uno de sus toros.

Enrique Ponce siempre hace gala de su técnica, experiencia sin perder la estética, ante los toros que como los de este día les tocó el fondo para sacarles los muletazos de calidad que hicieron parte de sus faenas. Cortó una oreja en el 1º y otra en el 5º y en el 3º fue ovacionado.

Gracias a la ciencia médica y tecnología de punta utilizada para su recuperación de la gravísima cornada sufrida durante la Feria de San Isidro 2019 a Gonzalo Caballero se le vio encajado, firme, solvente y con un mejor concepto. Tauromaquia que irá perfeccionando sí tiene continuidad.  Cortó tres orejas, una a cada uno de sus toros. Al término del festejo expresó…   «Si quería ser protagonista le doy la enhorabuena. Hoy es un día para disfrutar, para vivir las emociones que están a flor de piel y parece que no lo ha comprendido», dijo Caballero del presidente. Respecto del emocionante brindis a su madre, el torero subrayó que esa mujer «nos ha dado una lección de vida a todos desde que vivió el hecho de que su hijo podía estar muerto hasta hoy, que reaparece en el ruedo».

«Quiero agradecer especialmente a Inés, la ganadera de Mollalta, que me ha dejado prepararme en su casa, y Rocío, que ha estado trabajando mucho conmigo. Entre todos hemos conseguido ahuyentar a todos los fantasmas. He disfrutado mucho la tarde, sobre todo con el primero de mi lote, y se lo agradezco a todos los que lo han hecho posible».