• 8 septiembre, 2024

100 AÑOS DE LA PLAZA DE PAMPLONA CON TRIUNFO DE LOS TOREROS

Un gran toro de Carmen Lorenzo, permitió una actuación de nivel muy alto al rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza con sus cabalgaduras cumpliendo las suertes con gran exposición y colofonando con fulminante rejón de muerte para obtener las dos orejas y la puerta grande número 18 en Pamplona.

Los toros de Núñez del Cuvillo bien presentados, nobles que dieron buen juego en términos generales.

Morante de la Puebla con series importantes sobre los dos pitones a un toro con suavidad en la embestida aunque sin humillar pero dejando estar al diestro de La Puebla del Rio. Espada casi entera y desprendida. Ovación con saludo.  En el otro meció con cadencia el capote rematando con media lujosa. Con la tela roja toreó magníficamente con ritmo, con armonía y con despaciosidad a un toro que a veces se mostraba renuente, haciendo que la faena fuese sin ligazón de uno en uno pero con mucha calidad en las ejecuciones del diestro. Estocada al encuentro defectuosa. Una oreja

El Juli con el viento en contra, ligo una faena muy conjuntada de mano baja por la humillación del toro que tuvo recorrido y transmisión. La espada trasera y desprendida hizo rodar rápidamente al ejemplar otorgándosele una oreja. Con su segundo El Juli ligó una faena importante pero sin sorprender con nada nuevo. Derechazos, naturales, pases de pecho, ligazón cuando el toro se lo permite siendo la misma película ya contada. No se puede desconocer el valor, conocimiento, seguridad pero también la monotonía en su quehacer. Estocada y oreja.

Andrés Roca Rey no cabe duda de ser catalogado como una autentica figura del toreo que volvió a conquistar la plaza de Pamplona en una faena que comenzó con las dos rodillas en tierra en el centro del anillo con pases por la espalda y luego de pie toreó en redondo pasándose el toro alrededor de su cintura. Pases de todas las facturas por derechas e izquierdas quedándose quieto con seguridad, valor y torería. Mas no se le puede pedir al peruano que siempre sorprende. Estocada, descabello y dos orejas incontestables. En el cierra plaza el peruano una vez mas desplegó todo su repertorio toreando muy despacio sobre ambas manos a un toro noble, de muy buena condición, dejando para el epilogo una tanda de rodillas en redondo y marcando pinchazo y estocada para cortar la oreja.

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