Plaza llena en la décimo octava corrida de la feria de San Isidro en Madrid en la que se lidiaron ejemplares de “Alcurrucén” y “El Cortijillo” (1º y 2º) desiguales de presentación y mansos que pesaron 562 – 547 (Bis) – 547 – 562 – 565 y 580 kilos.

Víctor Hernández (Confirmante)  con el ejemplar titular poco para ver pues fue devuelto por flojedad en sus remos traseros. Salió el bis de Juan Manuel Criado  al que toreó de capa por delantales. En la muleta acudió al engaño tardeando pero con nobleza corriéndole bien el engaño pero a veces desluciendo por los derrotes del animal. La invitación por el izquierdo fue ligada y con más limpieza. El toro siempre rascando la arena, metió bien la cara cuando se le toreó por naturales. Serie final sin poder ligar. El cierraplaza para el confirmante tampoco dejó opción alguna con la capa mientras que con la franela inició con dos cambiados por la espalda y sorteando dificultades de aire y complicaciones del toro estuvo por encima de sus condiciones. Firmeza, valor, actitud, porfía y decisión que agradecieron con las palmas  los espectadores. Estocada entera. Ovación

Daniel Luque logró trazos importantes con la muleta a un toro que manseó y que en cercanías tuvo efecto entre los aficionados por su valor y porfía al frente de los pitones del ejemplar. Pinchazo en buen sitio. Ovación. En el cuarto el espada de Gerena trató de meterlo en la capa de manera infructuosa por lo distraído del ejemplar. Pudo ligarlo en redondo en algunas series con la mano derecha en las que salió el ejemplar con la cara alta. El viento otro enemigo con el que tuvo que lidiar Luque. Le dio distancia pero no fue trascendente y menos contundente la faena. Pinchazo en la suerte contraria y estocada en los medios trasera y tendida.

David Galván la nobleza del animal le permitió a Galván interpretar ese toreo natural, de nivel clásico sin aspavientos y que llega al aficionado. Compone la figura y sin enmendarse torea en redondo ligando con temple los muletazos. Remate del gaditano con pases largos flexionando las piernas. Faena de mucho empaque y torería.  Tres cuartos de espada en buen sitio. Vuelta tras petición y aviso. El quinto que se frena mucho no pudo lucir de capa. Descompuesto por su aspereza y brusquedad con la cara alta fueron las características de este “Alcurrucén”. Al hilo de la tablas inició labor por bajo tratando de domeñar las embestidas del ejemplar. Series apenas de dos muletazos por las complicaciones del astado pero convencido de poderlo dominar. Dejó constancia de su buen momento aguantando tornillazos y gañafones. Las dos series finales por el izquierdo tuvieron emoción.  El toro no ayuda a la hora de la verdad, dejando dos pinchazos que fueron suficientes. Silencio tras aviso.