Por: Nestor Giraldo M.

En larga conversa con Julián, hermano de Iván, me confirma que su edad era de 62 años y que considera que le faltó mucho por vivir sobre todo por su gran capacidad intelectual y cultura general de la cual era poseedor.

“Estoy abatido, partido, igual que toda la familia, esto es muy duro” me dice Julián con tono de voz melancólica y triste. “Se me fue Iván que no solo era mi hermano sino también mi amigo con quien tenía largas conversaciones de toros, política, situación social del país y muchos otros temas, naturalmente que también los temas familiares”, así se manifestaba Julián, único hermano.

La prensa taurina de antaño se va extinguiendo lamentablemente. Se nos han ido pilares importantes de la crónica especializada; recordamos a Paco Luna, Vicente Gallego Blanco, Oscar García Calderón, Raúl Echavarría Barrientos, Manuel Piquero Pérez, Jorge Forero Vélez, Álvaro Monroy Caicedo, Álvaro Ruiz, Ramón Ospina Marulanda, Hernando Espinosa y Bárcenas, Carlos H. Victoria, Enrique Avilán, Orlando Pión Noya, Fernando González Pacheco, Fernando Reyes Neira, Guillermo Castellanos Díaz y ahora Iván Parra Díaz.

De la vieja guardia quedamos pocos y es menester seguir luchando por la fiesta que unos cuantos ignorantes que se solazan con la muerte de un taurino, quieren acabar con sus puntos de vista absurdos, desinformación, llenos de odio defendiendo una causa que no conocen y que no les interesa conocer por su radicalismo, actitud extremada e intransigente de las personas que no admiten sino su propia verdad.