• 19 septiembre, 2024

INOBJETABLE TRIUNFO DEL MEXICANO A. ADAME CON NOVILLO DE SALENTO PREMIADO CON LA VUELTA AL RUEDO

Una pena que los tendidos de LA PLAZA DE TOROS DE CAÑAVERALEJO se hayan visto tan despoblados en la novillada de feria con tres exponentes novilleriles de diferentes países que triunfaron con una noble y bondadosa novillada en términos generales del hierro de “Salento”, destacando los lidiados en 4º lugar premiado con la vuelta al ruedo y el 5º al que también se solicitaron los mismos honores pero desatendidos por la presidencia.

En su orden pesaron 434 – 410 – 416 – 400 – 420 y 414 kilos

La interpretación torera del mexicano Alejandro Adame está definida y tanto con capote como con muleta se gusta en lances y pases ajustados, dando el pecho y logrando momentos artísticos de enorme calidad. Así lo expresó en el primero en faena larga sobre los dos pitones del noble ejemplar que al final se apagó demostrando falta de casta. La estocada desprendida, alcanzó solo para obtener un apéndice. La faena más importante de la tarde la expuso ante un estupendo novillo de la familia González Rincón en la que hubo conjunción, acople, armonía, ritmo en las series templadas y sobre todo lentas por las embestidas caminando del ejemplar con una clase y una calidad especial que supo aprovechar y entender el buen novillero manito. Faena de altos quilates cortando las dos orejas, la vuelta merecidísima al ejemplar y el pasaporte para traspasar el umbral de la puerta del señor de los cristales.

Al contrario de Adame, Manuel Perera torea de manera sui generis pues no se define si por el corte ortodoxo y clásico o el tremendista donde de manera heterodoxa los mezcla. El valor se le mide de manera meritoria con los lances y ejecutorias con la muleta cuando se hinca de rodillas y la estética la luce cuando de pie reproduce lo mismo que ha hecho de rodillas. Cortó una oreja en el segundo de la tarde después de enfrentar una res con poca clase. En el quinto atropellando un poco la razón, el novillo que tenía calidad y le pedía distancia y sitio, lo arrolló cuando toreaba muy cerca de rodillas, llevándose tremenda paliza por fortuna sin consecuencias graves que lamentar. Se le concedió un apéndice para salir a hombros de la plaza.

 Le correspondió al espada de Lenguazaque Anderson Sánchez el tercero de la jornada, ejemplar noble al que ligó buenos muletazos por los dos pitones hasta cuando se lo permitió “Coquito” que se fue refugiando en tablas. Un pinchazo antecedió la estocada pidiéndose la oreja y quedando todo en saludo. El sexto como algunos de sus hermanos, volteo la cara hacia las tablas y allí alcanzó cotas artísticas de importancia, porfiando mucho, abonándose también las ansias y la actitud de querer agradar. Mucha Voluntad, mucha disposición, muchas ganas y comprendiendo las condiciones del astado. La estocada tuvo efectos rápidos y el pañuelo blanco en la presidencia asomó anunciándose la oreja para el novillero colombiano.

Fotos: Cortesía de Guillermo Torres “Guillet”  

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