Se cumplió con la décimo tercera corrida del abono venteño con plaza llena y jugándose ejemplares de Domingo Hernández y Garcigrande, bien presentados y con matices de comportamiento.

Novena corrida de toros de Tomas Rufo desde septiembre de 2021 cuando recibió la alternativa. Confirmo su doctorado con “Cascabel”, un  toro de buena condición que embistió muy humillado pero con el defecto de estar escarbando permanentemente siendo las series de gran limpieza artística, templando los muletazos que tuvieron profundidad. La estocada completa en buen sitio le permitió cortar la oreja solicitada mayoritariamente. Con el sexto, Tomás Rufo construyó otra faena maciza, de temple conduciendo y trazando los muletazos muy largos produciendo efectos en la parroquia. La espada fue letal y se concedió una oreja solicitada de manera unánime por el público para así tener el derecho a cruzar la puerta grande.

El Juli en su primer turno se estrelló con la lesión de su ejemplar, cumpliendo apenas con el trámite para finiquitarlo ante la protesta del respetable. Estocada contraria y varios intentos de descabello. Silencio. Faena técnica, de colocación y sitio en el cuarto para ir hilvanando los pases en redondo al punto de poner a los aficionados en pie. Una labor francamente de dimensión mayor que fue in crescendo, emborronada por un pinchazo que antecedió a la estocada que tuvo efectos tardíos escuchando dos avisos y obligado a dar la vuelta al ruedo.

Alejandro Talavante. a pesar de haber conjuntado algunas series templadas, no fue su actuación del agrado del público que lo recriminó y lo pitó. Acabó de poner a la gente en su contra la espada que cayó baja. Con el quinto Talavante inició su labor muletera de rodillas con pases por alto y luego se basó en el toreo clásico toreando en redondo con la mano baja, relajando mucho la figura  a un toro que fue noble y le permitió expresar su sentir torero. La espada defectuosa lo privó del premio de la oreja. Ovación tras aviso.