• 19 mayo, 2024

ANTONIO FERRERA INNOVADOR

La cita que cumplió en solitario el torero Antonio Ferrera el pasado sábado en la plaza de toros de Badajoz estuvo enmarcada por la pasión, infortunio, cobijado por la misteriosa tragedia, superados por la sapiencia, raza y voluntad del extremeño que continúa mostrando su nueva versión. Cinco orejas es el premio que se lleva por su gesta torera.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

No cabe duda de la desmedida afición que posee Antonio Ferrera en cuanto tuvo uso de razón. Su aterrizaje en compañía de su familia en la localidad de Villafranco del Guadiana hizo que explotara y se enfundara el traje como becerrista cuando contaba con tan solo 13 años en la plaza de toros de Alcuéscar. A partir de ese momento ha corrido mucha agua bajo el puente. Su puesta en escena y ante sus coterráneos el sábado anterior -24 O- dejó claro que la historia ha registrado la gesta protagonizada, frente a los seis imponentes Zalduendos. Tauromaquia seguramente no bien asimilada por los eruditos, por las innovaciones inmersas consideradas profanas.

Acontecimiento en el que se observó el ímpetu del espada que no se arredró ante dos percances sufridos en el discurrir de la lidia, (tercero de turno) y el más serio, el infringido por el sexto de la tarde que lo zarandeó entre sus astas por varios segundos al finalizar el tercio de banderillas. Perplejos quedaron los asistentes que le acompañaron por lo visto en la arena, pero el paso inmediato del tiempo, hizo que volviera a reinar la tranquilidad y el protagonista regresara sin inmutarse al escenario donde se venía desarrollando con virtuosismo el espectáculo. La apoteosis por poco se malogra. Diestro ilustre que se jugó la vida por su pasión y fe a su estilo de torear. El debate está sobre la mesa. Cerca de cumplir los 24 años de alternativa es palpable su evolución y su deseo de aportar para engrandecer la Fiesta Nacional.

Resumen

Badajoz, sábado 24 de octubre de 2020. Toros de Zalduendo, bien presentados. De juego desigual. Mejor los dos primeros y el resto con complicaciones. Antonio Ferrera como único espada, oreja, oreja, ovación con saludos, dos orejas, silencio y oreja. Entrada: Lleno de “No hay billetes” dentro del aforo permitido. La plaza lució engalanada con guirnaldas de flores y con las banderas de todas las naciones taurinas, las banderillas que se utilizaron durante el festejo también estaban vestidas con los colores de las banderas de los países taurinos. Se hizo el paseíllo al son del himno de Extremadura. Tras un respetuoso minuto de silencio por las víctimas del coronavirus, se escuchó el himno de España y vivas al Rey y a España. Los niños de la Escuela salieron al ruedo e hicieron entrega de un recuerdo a Ferrera. Cerrada ovación del público a Ferrera, que obligó a todos los hombres de su cuadrilla a saludar desde el centro del ruedo. Saludaron en banderillas en el cuarto Miguel Murillo y Antonio Vázquez

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