• 27 julio, 2024

ASI NO ES

ASI NO ES

 

 

Por una pista diferente a la del gobierno nacional transita la Alcaldesa de Bogotá D.C desde el momento de su posesión. La situación de emergencia por la que atraviesa la ciudad necesita de un funcionario de muchos quilates para manejarla con acierto.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

No acaba por convencer la alcaldesa Bogotana con sus decisiones y actuaciones a los capitalinos que ven en ella una persona siempre opuesta a las determinaciones del presidente. Su estilo agresivo nada agradable hace que su afán de protagonismo la lleve por un camino equivocado y peligroso que al final le depararía un costo político. La sensación es que el puesto le está quedando grande. Además de esto, el manejo del lenguaje cursi que está utilizando tampoco cae bien. <Mi ciudad, mis bogotanos, mis niños> etc.

Frases como por -encima de mi cadáver abrirán el aeropuerto- no permitiré -que maten a los padres de los niños- no hacen ninguna gracia, refiriéndose a la reactivación ordenada por el primer mandatario a los sectores económicos de la -construcción y las manufacturas- que debía realizarse éste lunes 27 de abril, a lo cual se opuso por considerar que era demasiado rápido. Las empresas que ya conocían de los protocolos exigidos, ahora según ella el registro que presentarán ante la alcaldía se hacen a partir de éste mismo lunes y su respectivo estudio y resultado se hará público en dos semanas. Es decir, cuando esté finalizando la cuarentena el 11 de mayo. ¡Qué demora! Son muchas más las actuaciones que tienen desencantados a los habitantes, entre otras el incumplimiento de la ley en la que se ordena la salida de una persona por núcleo familiar. Ella se encontraba haciendo mercado en compañía de su esposa. Dice el refrán que la ley entra por casa.

La entrega de los mercados y del dinero a los desprotegidos, vulnerables, víctimas de los desplazamientos y pobreza extrema es un verdadero desastre <son personas que viven el día a día, tienen hambre>. Las protestas no se han dejado esperar, argumenta que tienen un tinte político. Como tinte político tiene su gestión porque su aspiración a ocupar la silla presidencial de la Casa de Nariño ya no es un secreto. La alcaldía no la puede usar como trampolín. Vale la pena que la Procuraduría, Contraloría y Fiscalía General de la Nación estén pendientes y no se repita lo de las administraciones pasadas. Como vamos, vamos mal.

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