COMPRAN… VENDEN…

COMPRAN… VENDEN…


Desconfianza, duda, suspicacia, malicia, recelo, sospecha, etc., etc., y otro sin número de adjetivos son los que los colombianos tienen en mente a causa de la aprobación rápida, sorpresiva,  de la controvertida y resistida Reforma a la Salud por parte de los integrantes -Representantes- de la Cámara Baja.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Se trata de entender el por qué del cambio que en menos de 48 horas adoptaron los Representantes  de la Cámara Baja para aprobar los últimos artículos que estaban inmersos en las famosas líneas rojas y de los que algunos integrantes de la oposición y uno que otro de los partidos tradicionales, solicitaron que fueran debatidos uno a uno, no se cumplió. La presencia de ministros -independientemente de los que tenían responsabilidad como el del Interior y de la Salud- otros sirvieron de lobistas para convencer y/o ofrecer dádivas -se supone- para que la aprobación contara con la celeridad requerida ya que el tiempo apremiaba. La pregunta que circula en el país es la siguiente: ¿qué les hizo cambiar de opinión, qué los encantó? Se ofreció el oro y el moro. ¿Cómo pretenden estos políticos y sus partidos tradicionales Liberal y Conservador acabar con la incredulidad y la mala imagen? Sus ideas ya no convencen. Lo que ocurrió con la aprobación de la reforma presenta otra lectura. Ya no se vota por ideas sino por interés. Es la fórmula que está aprovechando el gobierno actual para encontrar réditos. Claro, todavía le queda posiblemente -a la controvertida reforma- un recorrido no exactamente por un sendero de rosas  en la Comisión Séptima y la plenaria del Senado en la que ojalá sus miembros correspondan a sus electores con la decisión correcta, que les favorezca y no les deje caer en la grave situación que propone este lunático gobierno. Manejar a su antojo mediante el -Adres- los dineros de los usuarios de las EPS sin auditoria alguna (80% corrupción pura y absoluta) y la elección a dedo por parte de gobernadores y alcaldes de sus amigos en los manejos gerenciales de clínicas y hospitales. El presente de la salud en lo que va corrido de la gestión del obsesivo gobernante -aspirante a líder continental- y del activista ministro Jaramillo y de su antecesora, -es grave- suministro, escasez de medicamentos en -proceso de espera- y la atención para los más de siete millones de pacientes con enfermedades crónicas y terminales, es una lotería.

Por lo acontecido hasta ahora, la sensación de los colombianos es la de la venta de conciencia de quienes aprobaron la reforma a la salud y la compra que seguramente ha hecho este desafortunado gobierno que a fuerza de estos artilugios ignora la voluntad ciudadana.

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