Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Respiro de tranquilidad en el ambiente taurino que inicia con noticias que generan mucha satisfacción para la mayor parte del sector y para la otra no tienen la misma receptividad. Los carteles de las primeras ferias del calendario son indiscutibles. La presencia de figuras consagradas, de las ya perfiladas con firmeza para acomodarse en la baraja, de las novedades aparecidas en temporadas recientes, son garantía que los empresarios ofrecen a los espectadores. Además de los hierros contratados que llegan precedidos de presentaciones exitosas.

Al cotarro lo mueve también los comentarios de toreros, apoderados, aficionados, que no son mal intencionados, sino que por el contrario lo alimentan, lo oxigenan, crean una grande expectativa y lo llevan a testificar masivamente en el propio escenario de los acontecimientos la rivalidad profesional de los protagonistas. Es el caso de Daniel Luque-Roca Rey. La historia registra este tipo de situaciones, a veces sí publicitadas por los mismos mentores. “El Pipo-Balaña-Camará”, posteriormente el enfrascamiento Ponce-Tomás, Pablo Hermoso-Diego Ventura, entre otros, provocando un total acercamiento en la taquilla que indudablemente beneficiaba a la empresa. Lo de Daniel Luque-Roca Rey que se verán las caras en los próximos días para acordar y ajustar las respectivas composturas, impulsa y acrecienta el interés de lugareños y visitantes, al igual de los que deciden atravesar el mar del oriente, por verlos en franca competencia a lo largo de la temporada europea.

Parte de tranquilidad para Roberto Domínguez  y su figura Andrés Roca Rey, de igual forma para Juan Bautista y su gran representado Daniel Luque. Sus campañas seguramente estarán acompañadas de triunfos, de muchas presentaciones y en los mismos carteles.