Era otro cartel al que los entendidos denominan de relumbrón. Morante de la Puebla, Juan Ortega y Roca Rey con los toros de García Jiménez y Olga Jiménez. Corrida de poco contenido, tan solo detalles de los espadas. Ortega oreja en su 1º. Roca Rey en el 1º de su turno.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Poca fortuna tuvieron los espadas que hicieron el paseíllo en la última corrida de la Feria de Olivenza, el ganadero y los aficionados. Los Dioses no se alinearon, los toros no aportaron casta ni raza y en consecuencia los toreros de máxima categoría a pesar de la voluntad y deseo de triunfo en sus respectivas actuaciones no lograron consolidar sus faenas. Tan solo los detalles con el capote de Juan Ortega, un elegido en su manejo en escasos minutos conectó con el tendido. Una oreja al final de intentarlo todo, le concedió usía. Palmas en el 5º.

Roca Rey el diestro de los diferentes matices, siempre con la disposición de encontrar el camino para salir por la puerta grande en esta ocasión lo perdió. Su estilo valiente y bullidor sirvió de soporte para cortar una oreja del 3º. Ovación en el 6º.

Morante de La Puebla  su fuente de sabiduría y exquisitez no fluyó. Ninguna colaboración le ofrecieron los ejemplares que sorteó. Final de un ciclo del que todo el mundo del toro presagiaba era de largo aliento.