Torero colombiano nacido en la ciudad de Palmira expiró este 19 de abril después de soportar una penosa enfermedad que le ganó la batalla en el Hospital Santa Clara de Bogotá.

Por: Leopoldo Portilla Mesa.

Oscar Silva matador de toros ha partido a la eternidad, torero de buen corte, que por la época despertó muchas ilusiones entre los aficionados y de los entendidos que presagiaron que en él podía haber una figura importante. Había nacido en la ciudad de Palmira hace 73 años en un hogar que prontamente lo trajo a la capital colombiana y en donde a muy temprana edad conoció del tema taurino por el cual se inclinó y nunca abandonó. Encontró apoyo en aquellos aficionados que respiraban puro taurinismo en la década de los años sesenta del siglo pasado, quienes mantenían la llama encendida, procurándole enseñanzas primarias para que pudiera emprender  el duro trasegar de los maletillas.

Hombres románticos que hacían parte de la numerosa feligresía bogotana respetuosos del rito taúrico, aparecieron en su camino, como el sacerdote español Mariano de Frías párroco de una iglesia del centro de Bogotá, el médico Julio E. Mora a la sazón presidente de las más importante Institución Taurina la -Peña Blanco y Negro- Francisco “Pacho” Vásquez periodista, Guillermo Chávez también presidente de la Peña Boina Blanca y otros más que le ofrecieron apoyo decidido para darle impulso a su carrera. Abogaron con empresarios locales como Rafael “Chiquito” Pérez quien manejaba la plaza de toros de Santamaría y organizaba una larga temporada de novilladas, Julio Marín un torero-retirado, empresario importante en la provincia, se unieron a la causa, logrando que Oscar toreara un importante número de novilladas con buenos resultados.

Con el paso del tiempo, la suerte parecía estar a su favor. Establecieron contactos con personajes del mundo del toro español que venían al país a las diferentes ferias y temporadas. Fue precisamente en Bogotá en el marco de su ciclo donde la figura de D. Florentino Díaz apoderado de SM “El Viti” decide atender la petición de estos amigos de llevarlo a España. -Algo le vería- y Oscar con su personalísimo estilo aterriza en la península. El calendario para lograr la meta de hacerse matador de toros corría rápidamente y la oportunidad estaba cerca. En pleno verano del mes de agosto el día 21 de 1977 recibe el doctorado en tauromaquia de manos Manuel Inchausti “Tinín” quien fungió como padrino y de Juan Ramos que testificó la ceremonia. Los toros lucieron el hierro y la divisa de García Barroso de Jerez de la Frontera.

Oscar Silva intérprete del toreo serio, de manos bajas y en redondo. Lo único que se hacía por arriba era sepultar la espada en los blandos. Siempre manifestaba que las faenas debían iniciarse doblándose con el toro. En sus conversaciones con amigos y colegas ya retirado, priorizaba estos conceptos. Ha terminado su paso por la tierra dignamente, dejando recuerdos de sus triunfos y de sus fracasos que también los tuvo. Inicia su viaje a la inmensidad celestial donde encontrará la paz que seguramente siempre deseó.

Taurinos Solidarios y su grupo de periodistas a través de estas líneas expresa su sentimiento de pesar. Para sus familiares y amigos un abrazo solidario.

DEP